Cambiando de género, muy recomendable es también el talentoso Stanislaw Lem, autor poliédrico que tiene de todo, desde ciencia ficción hasta juegos metaliterarios a lo Marcel Schwob... un libro divertidísimo es "Diarios de las estrellas", donde un cosmonauta enloquecido viola las leyes de la física y se enfrenta a revoluciones de electrodomésticos, una rebelión de patatas filósofas y todas las paradojas espacio-temporales que permite la física teórica. Así contado suena chungo, pero es un gran escritor y utiliza el bisturí con gran agudeza...
Os dejo un fragmento de cuando los más ilustres representantes de la razón humana intentan descifrar el enigma de los tubérculos filósofos. Atentos:
Hace unos años, los pilotos de las naves en curso entre Mutria y Látrida empezaron a hablar de unos seres monstruosos que emergían bruscamente de la polvareda que ocultaba Tairia, atacaban los cohetes, los envolvían en largos tentáculos e intentaban arrastrarlos a sus tenebrosas moradas. Por el momento, todo esto terminaba sin mayores consecuencias que un gran susto de los pasajeros.
[…]
Finalmente, un conocido trampero estelar, el valiente Ao Murbras, se fue a Tairia solo, llevándose los perros equipados con escafandras para dar caza a los enigmáticos piratas del aire. Volvió al cabo de cinco días solo, mortalmente cansado. […] La escafandra de Murbras mostraba huellas de lucha por fuera y por dentro y algunos trozos adheridos a la tela de una especie de fibrosos tallos verdes. Después de examinar minuciosamente aquellos restos, la Docta Academia de Ciencias dictaminó […] que Murbras había traído sobre su escafandra ¡trozos de tallos verdes de patata!
El insigne cazador planetario, herido en lo más hondo de su orgullo por la insinuación de que había luchado cuatro horas contra patatas, exigió que la Academia desmintiera esa vil calumnia, pero los científicos manifestaron que no podían revocar ni una palabra de su dictamen. El asunto originó una conmoción general. Surgieron dos partidos, los patatistas y los antipatatistas, que se adueñaron primero de la Osa Menor y luego de la Mayor, dirigiéndose unos a otros los peores insultos. Sin embargo, esto no era nada, comparado con lo que ocurrió cuando en la contienda tomaron parte los filósofos.
[…]
Los semánticos adujeron que todo dependía de la manera de entender las palabras “patata”, “es” y “móvil”. Puesto que la clave residía en la partícula operacional “es”, debía ser estudiada muy a fondo. Acto seguido procedieron a la confección de una Enciclopedia Cósmica de la Semiología, dedicando los cuatro primeros volúmenes a investigar el significado operacional de la partícula “es”.
[…]
Los tomistas manifestaron que Dios había creado las leyes de la naturaleza para poder hacer milagros, ya que el milagro es el quebrantamiento de una ley natural, y donde no hay leyes no hay nada que quebrantar. En el caso referido, las patatas se movían si esta era la voluntad del Señor. Por otra parte, podía ser también una treta de los malditos materialistas, que hacían todo lo posible por desacreditar a la Iglesia; había, pues, que esperar el fallo del Supremo Colegio Vaticano.
[…]
Los holistas-pluralistas-behavioristas-fisicalistas manifestaron que, según las enseñanzas de la física, la regularidad en la naturaleza tenía únicamente un carácter estadístico. Igual que no se podía prever con una exactitud absoluta el camino de un electrón aislado, tampoco se sabía con certeza cómo se comportaría una patata aislada. La experiencia nos dice que el ser humano peló millones de veces las patatas, pero era forzoso admitir la posibilidad de que, en un caso entre millones, las patatas pelarían al ser humano.
"Una canción son tres notas; no, sólo dos; no, una sola nota basta, si es la más pura de todas" (Monique Serf-Barbara)