Apuntes bibliográficos sobre E.W. Korngold

[James Mason]

ERICH WOLFGANG KORNGOLD

TOMO SEIS DE LA ENCICLOPEDIA DEL CINE DE PLANETA
“Pero en términos puramente musicales, nadie igualó el impacto producido en el Hollywood de los años 30 por otro vienés, Erich Wolfgang Korngold.
Era un compositor de Opera de prestigio internacional antes de establecerse en Hollywood, pero no incurrieremos en falta de respeto si sugerimos que incluso su música pre-hollywoodiense ejemplificada por su triunfante ópera “La ciudad muerta”, llevaba ya la marca de la Warner. En Hollywood compuso algunas partituras clásicas para películas cuyo contenido se ajustaba al carácter extravagante, teatral y lleno de colorido de su música, como, por ejemplo, las películas de capa y espada interpretadas por Errol Flynn, El capitán Blood (1935), El caballero Adverse (1936), Las aventuras de Robin Hood (1938), Las vidas privadas de Elizabeth y Essex (1939), The Sea Hawk (1940), La ninfa constante (1946). La subida al poder de Hitler en Alemania había obligado a Korngold a abandonar su país natal e instalarse en California, donde entre 1935 y 1947 compuso dieciocho partituras originales para películas de la Warner. Su categoría fue reconocida desde el primer momento, y el hecho de que un compositor europeo tan famoso y destacado se prestase entusiásticamente a colaborar con un medio todavía despreciado por sus colegas “serios” proporcionó gran prestigio al estudio que le contrató. La calidad de las partituras de Korngold facilitó y estimuló la aceptación del romanticismo alemán de finales del siglo XIX como fuente de inspiración para las corrientes musicales imperantes en Hollywood.
Los compositores que trabajaban ya para el cine supieron apreciar el alto nivel y la atmósfera que era capaz de crear Korngold con su música. Poco a poco empezaron a imitarle, espacialmente Alfred Newman en El prisionero de Zenda (1937) y La marca del zorro (1940), Hugo Friedhofer en Las aventuras de Marco Polo (1938), Steiner en Las aventuras de Don Juan (1949) y Waxman en El príncipe Valiente (1954)
Korngold resultaba insuperable en las películas llenas de dramatismo, fuertes caracterizaciones y gran impacto emocional. Su estilo estaba lleno de vitalidad y brío, al igual que las películas en las que colaboraba. Profesionalmente se había desarrollado basándose en las tradiciones de una era ya extinta en el momento de crear sus mejores obras, sin embargo, en el contexto de Hollywood, las convenciones por él heredadas parecían no la caricatura, sino la expresión noble de un arte todavía vivo.
Al igual que Steiner, Korngold procedía de Europa, y lo mismo ocurría con muchos de los compositores de la época, como Victor Young, Alfre Newman...”

Salvador Angel Batllé. Revista Música de Cine, número 5
The Private Lives of Elixabeth and Essex (a propósito de la edición del disco orquestado por Carl Davis)
“Esta obra cumbre, nominada como mejor banda sonora, fue uno de los mayores logros de su autor y un “score” que, aún olvidado e ignorado injustamente, ha provocado admiración en profesionales y aficionados (...) El score está dividido en seis suites, cuidadosamente construidas en orden cronológico por Davis (...)
Primera Suite: Se abre con la fanfarria previa al tema principal de indiscutible belleza y real presencia, describiendo a la reina Elizabeth (Bette Davis). Una marcha imponente, arrogante, germana, digna de un héroe, representa el carácter de Essex (Errol Flynn). El tema de amor es apasionado y de fuerte presencia.
Segunda suite. Hallamos una descripción musical modélica gracias a la habilidad de Korngold para la temática y el estilo. La espineta (instrumento de la familia del clavincímbalo) introduce la canción 2The Passionate Shepherd To His Love”, sufriendo una serie de variaciones (“Mirror Scene”, “The Queen”)
Tercera Suite: La llamada de las trompetas (“The hunting”) invitan a un “Scherzo”, pasando a una apacible recreación melódica (“Darling”) donde el idioma romántico de Korngold es reconocible e inconfundible, alcanzando el climax (“Love Scene”)
Cuarta Suite: La expresividad del tema de amor aumenta considerablemente (“Love and The Ring) para dar paso a una marcha de curiosa orquestación (“Ireland”) y a un Scherzo (“The battle”) excelente testimonio del talento del músico.”