Películas de aventuras, películas de aventuras marítimas, películas de piratas... en apariencia no cuesta mucho clasificar el cine de piratas dentro del marco de los géneros cinematográficos. En teoría, el cine de piratas siempre estuvo inmerso en el de aventuras, y la razón es que sus películas siempre fueron aventuras terrestres pero transpoladas al medio acuático. Por esa misma razón no podemos decir que este cine tenga una entidad propia como género, sino que es un sub-género. En una hipotética segmentación de la aventura marítima (un sub-género bastante amplio por cierto), tendríamos películas de motines, películas de pescadores, cazadores de ballenas, etc., películas de contrabandistas (fluviales o marítimos), películas de guerras (napoleónicas, guerras mundiales, etc.), grandes hundimientos (tanto naves de guerra como cruceros comerciales), rescates marinos (y submarinos), películas de epopeyas navales... la lista sería interminable. Pero las de piratas conforman la primera minoría, y esa es la razón por la que creo debemos reconocer que..
EL CINE DE PIRATAS: ESE CINE QUE SIEMPRE NOS ATRAERÁ
Casi siempre al margen de cualquier intento de retrato histórico, el cine de piratas tuvo, como hemos dicho, la intención primigenia de entretener a base de aventuras. Sean sus personajes salidos de la historia, de la pluma de algún novelista famoso, o de la inventiva del guionista de turno, el objetivo siempre fue el de atraer al público adolescente o adulto en base a la aventura por sí misma. Si alguien zarpó alguna vez en yate, buque o gomón, sabrá que adentrarse en cualquier medio acuífero que no sea una pileta o una laguna de proporciones pequeñas, es de por sí una gran aventura. El más importante autor de novelas de piratas creemos que fue Emilio Salgari (tal vez el más prolífico de ese ramo), pero no fue adaptado por el cine norteamericano, quien sabe debido a que razones. Pero en Italia frecuentemente sus obras sí se han llevado a la pantalla (tanto pequeña como grande), donde la industria lo venía adaptando desde el cine mudo. Al director Vitale De Stefano se le deben cuatro películas en 1921 y a Amleto Palermi una versión de IL CORSARO NERO (El Corsario Negro-1936). La primera época de oro de Salgari fue más adelante, durante la II Guerra Mundial. LA FIGLIA DEL CORSARO VERDE (La Hija del Corsario Verde-1940) y I PIRATI DELLA MALESIA (Los Piratas de la Malasia-1941) con Massimo Girotti (ambas dirigidas por Enrico Guazzoni) fueron dos de las más importantes películas de piratas producidas antes de la caída del fascismo. La segunda gran época fue en los '60, con el auge del péplum. Oficialmente diremos que el ciclo se inicia con IL FIGLIO DEL CORSARO ROSSO (El Hijo del Pirata Rojo-1958) con Lex Barker (dirigida por Primo Zeglio), pero en verdad arranca con SANDOKAN, LA TIGRE DI MOMPRACEM (Sandokán-1962) con el otrora peplumita Steve Reeves, quien también aparece en varios de los siguientes filmes. Las posteriores películas de esta serie, dirigidas por Umberto Lenzi o Luigi Capuano, han sido siempre productos de clase B, usuales complementos de programas, que, al igual que los previos intentos de los '40, nunca han dado en la tecla para transcribir el sentido del ritmo que Salgari daba a sus novelas. En los '70, a través de la figura del actor indio Kabir Bedi, la televisión italiana encontró al Sandokán ideal, que, comenzando por la primera SANDOKAN (1976) de Sergio Sollima - miniserie de 6 horas - ha logrado establecerse como sino el más fiel, el más cercano a la idea original. Sin embargo, me gustaría explicar...
PORQUE LOS PIRATAS DEL CINE NORTEAMERICANO TIENEN MÁS POLENTA
Tal vez sea por la definición. Siendo películas de aventuras, las de piratas deben tener como requisito básico el del ritmo. Cecil B. De Mille lo sabía, y así lo demostró en dos de sus opus: THE BUCCANEER (El Bucanero-1937) y REAP THE WILD WIND (Piratas del Caribe-1942), las que podemos citar como ejemplos de cine de piratas. Antes decíamos que el cine italiano se había dedicado a adaptar a Emilio Salgari. La respuesta norteamericana fue Rafael Sabatini (tal vez inferior en calidad literaria), las películas surgidas en torno a sus obras hoy son consideradas clásicos. Durante el cine mudo hubo una seguidilla de tres adaptaciones del citado literato. La primera (que no es del ciclo) fue SCARAMOUCHE (Scaramouche-1923) con Ramon Novarro (galán de las matinés de la época). Las dos siguientes serían gérmen de sendas versiones sonoras que nombraremos en breve: CAPTAIN BLOOD (El Corsario Rojo-1924) y THE SEA HAWK (El Halcón de los Mares-1925), pero la mejor de la época fue (y será) una que no era de Sabatini: THE BLACK PIRATE (El Pirata Negro-1926) con el eterno Douglas Fairbanks colgando del palo mayor y enganchándose en el extremo de la vela, para descender (a medida que rasga la tela) hasta cubierta: ¡un maestro (Fairbanks también era el autor de la historia original, bajo el seudónimo de Elton Thomas)! Llegado el cine sonoro, si usted quería saber que significaba una batalla al abordaje o un cañoneo entre galeones, estaríamos cerca de encontrar una respuesta frente a CAPTAIN BLOOD (El Capitán Blood-1935) de Michael Curtiz, que fue tal vez la mejor películas de piratas (hasta ese momento). Protagonizada por Errol Flynn y Olivia De Havilland, mostró las penurias de un médico irlandés condenado por motivos políticos que se convierte en pirata y luchaba contra la flota española y contra el pirata francés Levasseur (Basil Rathbone, pavada de villano). Es la aventura llevada a una de sus más altas cotas y solo pudo ser superada por el mismo tándem (Curtiz-Flynn), con THE SEA HAWK (El Halcón de los Mares-1940). Todo lo que siguió después, estuvo siempre a la sombra de esta película. De hecho, Tyrone Power en THE BLACK SWAN (El Cisne Negro-1942) de Henry King - otra adaptación de Sabatini -, estuvo muy bien, pero... no tenía la chispa de Flynn. Blood fue interpretado por Louis Hayward dos filmes de aspiraciones menores, FORTUNES OF CAPTAIN BLOOD (Las Aventuras del Capitán Blood-1950) y CAPTAIN PIRATE (Bandera Negra-1952). Más tarde Blood tuvo un hijo en IL FIGLIO DEL CAPTIANO BLOOD (El Hijo del Capitán Blood-1962), con Sean Flynn (hijo de Errol) en el rol protagónico. Por la misma época, John Payne, galán de segunda en musicales y westerns, se destacó con algunas de piratas, como CARIBBEAN (Oro del Caribe-1952) y RAIDERS OF THE SEVEN SEAS (Piratas de los Siete Mares-1953). El gordo genial Charles Laughton fue el temible CAPTAIN KIDD (Capitán Kidd-1945) - y reiteró ese rol en una parodia frente a Abbott y Costello -. Esto refuerza mi teoría acerca de que, luego de la obra maestra del cine de piratas, el resto fueron remedos o parodias, y hablando de parodias, ahora ...
RIÁMONOS CON LOS PIRATAS
No vamos a dar ninguna novedad descubriendo que el cine de piratas tuvo parodias - ¿qué género no las tiene? - pero sí vamos a resaltar que, a diferencia de, por ejemplo, el cine de terror, el de piratas siguió con buena salud a pesar de las varias comedias a que dio pie, especialmente a partir de los años '40, y hasta logró alcanzar, en tal mutación, un nivel artístico apreciable. Hemos nombrado a Kidd, un pirata que venía poblando las pantallas (a través de películas, comedias o seriales) desde principios del cine mudo. Ahora recordemos THE PRINCESS AND THE PIRATE (El Cofre del Pirata-1944) con Bob Hope y Virginia Mayo, THE PIRATE (El Pirata-1948) con Gene Kelly, BLACKBEARD THE PIRATE (El Pirata Barbanegra-1952) con Robert Newton y THE CRIMSON PIRATE (El Pirata Hidalgo-1952) con Burt Lancaster y Eva Bartok. La tercera en cuestión, en la que tal vez vemos las mayores proezas de Burt Lancaster como acróbata en la pantalla, es el cénit del rubro comedias de piratas. A mitad de camino entre lo serio y lo burlón (justamente en España fue conocida como El Temible Burlón), la película es un derroche de acción y slapstick. En los años '80 suponemos que el gran Roman Polanski quiso conseguir un efecto similar con su PIRATES (Piratas-1984) con un Walter Matthau cansado pero aún dinámico. Esta película nos mostró el ícono del pirata cascarrabias... pero ¿eso no nos suena conocido? Tal vez de alguno de los...
PIRATAS STEVENSONIANOS
Sí señor. De "La Isla del Tesoro." El libro es un clásico. Y las películas no tardaron en aparecer. En el cine mudo brillaron las versiones de Chester Franklin (1917) y la de Maurice Tourneur (1920) con la presencia de Lon Chaney como Long John Silver. Sin embargo la versión clásica fue la de los '30 (no es que sea fanático de esa época). THE TREASURE ISLAND (La Isla del Tesoro-1934), dirigida por Victor Fleming unió a Wallace Beery como Silver y al pequeño Jackie Cooper. El éxito fue tal que la pareja siguió durante varias películas más. Más tarde hubo un serial (1938) y una remake muy interesante (1950) con Robert Newton como pirata. En la pantalla chica Boris Karloff se lució en un telefilme de 1960. A lo largo de los años, "La Isla del Tesoro" fue poblada por Muppets - en MUPPET TREASURE ISLAND (1996) de Brian Henson - o estuvo en el espacio - en L'ISOLA DEL TESORO (La Isla del Tesoro en el Espacio Exterior-1987) con un Silver de lujo: Anthony Quinn - o fue hecha en dibujos animados. Y, ¿cómo omitir el Silver de Orson Welles en 1972 o el de Charlton Heston en 1990? Pero los piratas no siempre fueron tan típicos. Y eso lo demuestra A HIGH WIND IN JAMAICA (Vendaval en Jamaica-1965) de Alexander Mackendrick. Si en las innumerables versiones del clásico de Stevenson, el pirata tenía una relación casi de odio con el niño protagonista, en la película de Mackendrick los piratas sacrifican sus vidas por los niños. El pirata (Anthony Quinn) a cuya nave van a parar un grupo de niños, se encariña (junto con su tripulación de filibusteros) con los infantes de manera que, cuando una niña da muerte sin quererlo a un rehén, serán los piratas quienes carguen con la culpa, ante la certeza de los pequeños que saben la verdad y que están conscientes de los corsarios serán ejecutados por una injusticia. Sin embargo, esta vertiente revisionista no fue usual ya que, antes y después, existía lo que denominamos...
LA RECETA DEL SWASHBUCKLER DE PIRATAS
Cuando Vd. lea el término "swashbuckler" sabrá que se refieren a esas películas que en mi cuadra eran conocidas como "de espadachín"; buscando dentro de ese rubro, encontramos la receta del cine corriente de piratas. Vea que sencillo. Primero debe conseguir a alguna estrella con la que atraer multitudes (una estrella que atraiga multitudes pero que no espante a todos sus inversionistas). Digamos un John Derek, un Paul Henreid, un Lex Barker o un Ricardo Montalbán, etc. Luego, se consigue un director artesano, de esos que hacen lo que deben hacer, bien y barato. Imposible omitir una actriz opulenta que sirva de contrapartida del protagonista y potencial interés amoroso del pirata (que debe ser un hombre honesto proscripto, o un rufián de buen corazón). Luego necesitará o bien un galeón o (más barato) algunas miniaturas para simular batallas navales entre los navíos de Su Majestad (que deberán llevar la parte de hundirse) frente a los embates del galeón protagonista. Claro que siempre será más económico, comprar escenas de películas clásicas (stock footage) como El Halcón de los Mares, ya que estamos en los años '50 o '60 y la gente no tiene videocasseteras para grabar y revisar si nuestra película tiene escenas robadas de otras (aunque no vamos a poder engañar al buen cinéfilo, que, afortunadamente, no abunda). Así que planteamos alguna intriga palaciega, escenas en alta mar, espadachineos cuerpo a cuerpo entre héroe y villano (al cuál se le permitirá una muerte notable, tal vez con mirada final), escenas de '¡al abordaje!' y '¡a toda vela!' y un final que no debe llegar antes de los 70 u 80 minutos. Estudios medianos como Columbia y chicos como Lippert hicieron en los años '50 varias de estas producciones. Hasta la inglesa Hammer Films tuvo sus películas de piratas, alguna más que interesante como DEVIL-SHIP PIRATES (Piratería Diabólica-1964) de Don Sharp, con Christopher Lee. El mejor ejemplo es el plan doble de Universal, que contrató al Rey del Espadachín, Errol Flynn, y lo hizo protagonizar AGAINST ALL FLAGS (Contra Todas las Banderas-1952) de George Sherman, un modesto relato de piratas al que se le adosó a Maureen O'Hara como parteneire y a Anthony Quinn como villano. En el final, un doble de Flynn repite la proeza de Fairbanks y rasga la vela mayor con un puñal. Universal aprovechó el parate surgido por un accidente de Flynn para filmar otra película en el mismo galeón que servía como decorado. Y así Frederick de Cordova se despachó con YANKEE BUCCANEER (Bucaneros del Caribe-1952), protagonizada por Jeff Chandler y la malograda Suzan Ball, otra película de piratas para poblar las matinés - 15 años después el mismo estudio produjo un remake de AGAINST ... con Doug McClure, titulado THE KING'S PIRATE (El Pirata del Rey-1967)-. Hoy en día esta fórmula, claro está, ya no tiene validez. Pero siguen habiendo filmes de piratas, y no podemos dejar de citar CUTTHROAT ISLAND (La Pirata-1995) de Renny Harlin con una dinámica Geena Davis y PIRATES OF THE CARIBBEAN: THE CURSE OF THE BLACK PEARL (La Maldición del Perla Negra-2003) de Gore Verbinski, con Johnny Depp. ¿Hay un resurgir de los piratas, o simplemente se trata de que...
EL CINE DE PIRATAS ES UNA SANA COSTUMBRE
Tal vez sí. Desde esas tiernas aventuras de Peter Pan (llevado al cine ya en la década del '20) cuyo personaje dominante es un terrible pirata llamado James Hook, pasando por las surgidas de "Christopher Syn", novela que dio al menos tres versiones, DOCTOR SYN (1937) con George Arliss, CAPTAIN CLEGG (1962) con Peter Cushing y DR. SYN ALIAS THE SCARECROW (La Máscara del Doctor Syn-1963) con Patrick McGoohan (producción de Disney) - se trata de la historia de un vicario inglés que por las noches se convierte en contrabandista y pirata -, el pirata ha sido un ser al menos querible, un símbolo del romanticismo, un equivalente de la libertad más absoluta - y tal vez podamos teorizar con una salida de la represión de la sociedad -. Piratas ha habido desde la antiguedad (como puede verse en películas como BEN-HUR), pero solo los comprendidos entre los siglos XVI y XVIII han dado lugar a las películas de este sub-género. Sea por la influencia de los autores citados al principio (Salgari y Sabatini), sea por la inmediatez con el cine de espadachín (o swashbuckler), lo cierto es que el parche en el ojo, el sombrero oscuro y la barba crecida han sido (y serán) sinónimo de una aventura pasatista, noble y, al igual que los géneros consagrados, eterna.