Hacía mucho tiempo que quería compartir esta película, pero no conseguía por ningún lado los subtítulos; el otro día Marcos, también del foro, me envió gentilmente la versió en italiano, y sobre esa base hice una traducción al español, cuidando de cotejar línea por línea con lo que se oye en la versión original, y dentro de lo que en mi escaso francés pude corregir. Aunque seguramente quien pueda entender la VO original encontrará no pocas diferencias de detalle, el cnjunto creo que le hace muy buena justicia a la película, y se deja ver sin problemas.
Como creo que la película lo merecía, escribí además un artículo introductorio para poder apreciar mejor la obra, y con algunos elementos que pueden servir para ver otros filmes referidos a la pasión de Jesús.
Pasión y "passion play"
El modo de llevar la vida y pasión de Jesús al cine tiene precedentes de muchos siglos de tradición en los “belenes vivientes” (de tradición franciscana) y en lo que en el mundo de habla inglesa se denomina “passion play”, es decir, representación teatral de la Pasión, algo así como nuestros “via crucis vivientes”.
Así que para cuando nace el cine, hay ya consolidado toda una manera de leer los evangelios en clave de guión dramático, que consiste principalmente en una armonización de los datos discordantes de los cuatro evangelios, y en privilegiar los momentos más plásticos de los acontecimientos en torno a la cruz (flagelación, caídas de Jesús, encuentro con las mujeres de Jerusalén, encuentro con la Madre, etc) por sobre los abundantísimos aspectos del relato que llevan -o deberían llevar- al lector a establecer una relación entre la figura de Jesús y las “prefiguraciones” del Antiguo Testamento; es decir, un privilegio de lo imaginativo por sobre lo hermenéutico.
El cine se encontró, podríamos decir, con un guión ya hecho, e incluso hasta con figurnes que estaban en la retina de todos, a través de las múltiples “biblias ilustradas”, así que las primeras pasiones -cuando abarcaban más, las “vidas de Jesús”-, consistían fundamentalmente en recrear con movimiento los grabados de Doré o las acuarelas bíblicas de Tissot, organizando las secuencias en conjuntos más o menos estándar y reconocibles por cualquiera que haya hecho un via crucis en cualquier semana santa.
Quedan ejemplos conservados de estas primeras pasiones (de 1902, 1905, 1906), pero el esquema como tal -con más medios técnicos, con más desarrollo- sigue reproduciéndose aun en las “pasiones” cinematográficas actuales.
El primer aporte que decisivamente comienza a distinguir una pasión cinematográfica de una passion play tradicional lo tenemos en 1912, a través de una superproducción norteamericana: “From the Manger to the Cross” (del pesebre a la cruz) de Sidney Olcott, que, aunque explícitamente se basa en las acuarelas de Tissot para el vestuario y la composición de las escenas, incorpora escenarios naturales y gran cantidad de figurantes que permiten armar escenas “multitudinarias”, que no eran posibles en las passion play teatrales.
Golgotha, de Julien Duvivier . 1935
Golgotha, primera pasión realizada en cine sonoro, no representa una excepción a los trazos gruesos del género: también es una passion play, y recoge por tanto esa manera armonizada de leer los evangelios, con sus “estaciones” tradicionales propias del Via crucis, así como aprovecha muy bien las posibilidades ya exploradas en el cine de acudir a escenarios naturales (los exteriores no se filman en Tierra Santa, pero sí en Argel), y los grandes movimientos de masas, que esta producción logra acentuar y convertir en uno de sus elementos más expresivos.
Pero no es sin embargo una obra del montón, ni que deba quedar sólo como objeto de museo fílmico; tiene muchos valores propios a todo nivel (desde estéticos hasta teológicos), pero por sobre todo, logra un conjunto que -aun pasados más de 70 años- sigue emocionando.
Reseñaré algunos de esos elementos del conjunto, como para invitar a que la vean.
El marco bíblico
El asesor religioso del guión fue el Pbro. Joseph Raymond (director del Centre Catolique du Cinéma); el dato es importante, porque es evidente que el guionista ha estado al tanto de una muy sólida exégesis del Nuevo Testamento, mucho más que lo que podía ser un conocimiento popular de los evagelios.
Toda la obra se inspira fuertemente en el evangelio de San Lucas, lo que se nota en muchos aspectos, pero en dos principalmente: en que la pasión está “llena de gente” -rasgo más que típico de la versión lucana de la Pasión-, y en que se exculpa por completo al poder romano (San Lucas, que se dirigía principalmente a cristianos venidos del paganismo es -de los cuatro- el que más trata de cubrir cn un manto de piedad la actuación de Poncio Pilatos); incluso la forma de comenzar imita a San Lucas: « En el año quince del imperio de Tiberio César, siendo Poncio Pilato procurador de Judea, y Herodes tetrarca de Galilea...» dirá en el capítulo 3 al abrir el relato de la vida pública de Jesús; Golgotha comienza:
«Corre el año 786 de Roma durante el reinado Tiberio César, el Imperio Romano se extiende
hasta la Palestina. La provincia de Galilea está gobernada por el Tetrarca Herodes Antipas, hijo de Herodes el Grande. Y la de Judea por el Pretor romano Poncio Pilato....»
Esto no significa que sea una “Pasión según San Lucas”; utiliza elementos que provienen de los otros tres relatos, como cualquier passion play.
El marco cinematográfico
Desde el punto de vista cinematográfico, está fuertemente influenciado por el cine nórdico, en especial por Drayer, e incluso es bastante evidente la relectura de “Hojas del diario de Satán” en el aspecto de la compra de Judas, que sin embargo no es una mera repetición de lo que ya había hecho Dreyer.
Conoce y maneja los códigos del expresionismo, sobre todo en cuanto a los rasgos faciales muy marcados (la escena de los 51 minutos, entre Anás y Caifás, “Háblale de Tiberio”, es un primer plano que podría estar en una película de Wiener sin desentonar).
Dice Fernand Leger en 1925:
«Sostengo que una hoja de puerta, en gran plano, que gira lentamente es más emocionante que la proyección, en proporciones reales, del personaje que la hace mover»
Esta cita ilumina muchos de aspectos, y mucho de la eficacia cinematográfica de Golgotha. Por ejemplo: casi no se ve la flagelación, apenas de costado, pero vemos a la masa de gente colgada de las rejas contando los latigazos, podemos sentir su sed de sangre, su exitación, podemos oler a esa masa que aúlla con cada golpe... y realmente no es necesario ver nada. Lo mismo ocurre en muchísimas otras escenas, entre ellas, por ejemplo, el camino mismo del calvario, donde hay muy pocas tomas de Jesús llevando la cruz, más bien lo imaginamos en las reacciones de los rostros que lo miran.
En una escena crucial como la expulsión de los vendedores del templo -crucial en este guión en concreto, porque es lo que desencadena que los sacerdotes se vean presionados por la furia de los cambistas a actuar de inmediato-, la cámara apenas muestra a Jesús, casi parece mirar la escena desde él, pero tampoco eso exactamente, sino que elige mostrar la violencia tangencialmente.
Algunas escenas
Esto puede fundamentarse estéticamente en la cita de Leger que reproduje, pero tiene también su razón teológica: la reacción de Jesús frente a los cambistas es una “reacción profética”, es un gesto propio de los profetas, como podemos leer semejantes en Isaías, Jeremías o en casi todos, por lo que la carga de ira de la escena es -religiosamente interpretada- la propia “ira de Dios”. y las palabras con las que Jesús interpreta su propio gesto (“mi casa...”, cita de Isaías 56,7) deben entenderse como “oráculo”, es decir, como expresión de verdad divina, no como una mera doctrina personal.
Todo esto es muy difícil de representar cinematográficamente, porque o convertimos a Jesús en un fuera-de-sí, que luego no puede ya decir “haced como yo, que soy manso”, o convertimos al gesto en una especie de simulación (al estilo de algunos teólogs medievales, de que Jesús “simuló” su ira, porque como era Dios no podía airarse...). El Evangelio lo puede narrar, pero nosotros no lo podemos filmar, porque la imagen es demasiado, destruiría el equilibrio débil de la escena. Pero uniendo buen cine a buena teología se llega a esta solución de Duvivier, que creo que es de las mejores que he visto.
Otro momento donde el “cine elíptico”, tal la cita de leger, se une a una profunda comprensión religiosa del asunto tratado es en el camino de la cruz propiamente dicho. A la 1:12 hs. aprox. vemos a un Jesús agotado bajo el peso de la cruz, en medio del griterio de la masa, chicos que tiran piedras, etc... es el momento en que a nadie se le ocurriría que ese hombre tenga ninguna clase de poder, ni taumatúrgico ni de ninguna especie, y sin embargo la cámara se vuelve hacia tres primero planos: una mujer, un tullido, un ciego, que gritan, con todo el ruido de fondo: “¡Maestro! ¡Sáname! ¡Sáname! Haz que vea. Haz que camine.”. Evidentemente esos gritos no se dirigen al personaje que vemos en la imagen, sino a la significación que ese personaje tiene; es un regreso en clave cinematográfica al significado originariamente devocional de la passion play que no es pasión-espectáculo sino pasión-contemplación.
La imagen de Jesús
Un aspecto que creo que merece destacarse es la elección de los actores. He leído varias críticas negativas, sobre todo respecto del actor elegido para representar a Jesús (Robert Le Vigan); por mi parte lo encuentro no sólo adecuado, sino con una opción estético-religiosa que va más allá de lo que lamentablemente se hará clásico en las películas sobre Jesús posteriores, que es elegir un actor no sólo treintiañero, sino además guapo de gimnasio (honrosa excepción hecha del Jesús de Passolini). Le Vigan contaba al momento de Golghta con unos 35 años, pero el maquillaje acentúa ciertos rasgos de vejez, o quizás de intemporalidad, en la mejor tradición de los íconos bizantinos, que incluso en Jesús niño utilizan rasgos de Jesús maduro, para dar una representación exterior de su sabiduría. lamentablemente esa belleza icónica del personaje ha prácticamente desaparecido en el cine posterior sobre este tema.
Los demás personajes también están muy adecuadamente elegidos, aunque sobre esto hay en general más acuerdo.
Otro aspecto que vale la pena tratar es que el elemento sobrenatural ha sido reducido a su minimísima expresión: los milagros son narraciones de milagros, no prestidigitaciones ante la cámara, nos ahorra el mal trago de ver al ángel confortador del Getsemaní de San Lucas, que es una estupenda imagen narrativa, pero de una imposible representación visual, y los signos atmosféricos que ocurren en torno a la muerte quedan como signos a descifrar: todos entendemos lo que significan, también los plenipotentes del Templo, y por eso mismo no hace falta que el narrador insista en ello: una tormenta o un temblor de tierra tienen un significado mucho más religioso cuando son una tormenta y un temblor de tierra que cuando el narrador visual quiere demostrar que son hechos de carácter religioso.
Aspectos negativos
Si hay que echarle a alguna culpa al director (al menos para que no crean que me pagó post mortem para cantar sus loas) le echaría dos, una interna a la narración, y una externa, al contexto político de la obra.
-La interna es que estaba mucho mejor si se detenía antes de la resurrección, o incluso en la escena de la entente de los sacerdotes con los soldados... las apariciones del resucitado, aun narradas como están, con mucha sobriedad, no me apetecen, me parece una cesión a las necesidades de hacer explícito todo, en un mundo donde cada vez más necesitamos que nos dejen algo implícito. Ya sé que las apariciones están en los Evangelios, pero -esta diferencia entiendo que es fundamental-: son narración escrita, no imagen en movimiento.
-la externa ya pasó, porque tiene que ver con su contexto político, que es 1935 y no 2009, pero como no sé por qué me parece el ser humano un bicho tan repetitivo, quizás convenga recordar cada tanto los errores del pasado: en el ’35 todos sabían ya lo que estaba pasando con los judíos en Alemania, todos sabían además que el resto de Europa era, salvo honrosas excepciones -pero que son nombres de individuos, no de países- complice por acción u omisión, así que presentar una obra religiosa donde se exculpa por completo a los romanos y se machaca con la culpa de los judíos en la muerte de Jesús resulta un poco repugnante. No es que los judíos de la época de Jesús no hubieran tenido culpa de su muerte, pero no era 1935 el momento para hacer “memoria histórica” de manera tan gráfica. Ese aspecto hoy afortunadamente pasó, pero bien vale valorarlo también como un punto negro en una obra luminosa, siquiera por recordar que ni aun el arte -como obra humana que en definitiva es- es nunca del todo inocente, y desde luego, nunca fue ni será “objetivo”.
Dejo afuera muchísimos aspectos que creo que vale la pena comentar, como la música, la reconstrucción del templo de Jerusalén, el papel de María, y muchos más, pero que también puede que interesen para acicatear un diálogo.
Ficha técnica:
Harry Baur: Herodes
Jean Gabin: Poncio Pilato
Robert Le Vigan: Jesús Cristo
Charles Granval: Caifás
André Bacqué: Anás
Hubert Prélier: Pedro
Lucas Gridoux: Judas Iscariote
Edwige Feuillère: Claudia Prócula (esposa de Pilato)
Juliette Verneuil: María
Marcel Chabrier: José de Arimatea
Georges Saillard: Un Sanhedrita
Marcel Carpentier: el escriba
Victor Vina: Un Sanhedrita
François Viguier: Un Sanhedrita
Dirección: Jules Duvivier
Guión: Pbro. Joseph Raymond y J. Duvivier
Música original: Jacques Ibert
Abeldc escribió:Size: 766 MB (784.503 bytes)
Play duration: 01:32:32
Resolution: 640 x 480
Framerate: 25 fps
Códec: Xvid MPEG-4
Datarate: 1100 Kbps
[ Audio track] - FRANCES
Códec: MP3
Bitrate: 22.050 kbps
Channels: 2
Datarate: 48KHz
IMDB: http://www.imdb.com/title/tt0025191/
Para bajar el archivo:
Los subtítulos en español los tienen aquí: http://www.opensubtitles.org/es/subtitl ... olgotha-es
Hay una versión de la película en Emule, pero tiene un códec raro de audio, así que la copié cambiándole el audio a mp3. Los subtítulos están sincronizados con esta versión de mp3 (766Mb), pero creo que también servirían con la otra, para los que ya la tengan. Los que no, pueden bajar mi copia de aquí: 1935 - Golgotha - Julien Duvivier [VOfr.XVid.mp3].divx [766.12 Mb]
Bueno, espero que les guste, y que me comenten si la ven.