La película que vi ayer (en casa)

[loperena]

Ayer vimos



Opening night (Cassavetes, 1977)

La tenía pendiente desde hace tiempo y hubiera dado lo mismo si lo hubiese seguido estando -en realidad, hubiese podido aprovechar mejor las dos horas largas que dura. La encontré bastante mala, en líneas generales. Rowland es buena actriz, qué duda cabe, pero aquí parece una parodia de si misma. Luego está la idea de incluir teatro en el cine... la primera escena vale, pero luego se vuelve cansino y en último término penoso. Película demasiado larga por otra parte. La idea la encontré banal, pero no se lo debió parecer al director pues dedica una escena a explicarle al espectador el tema del doble y todo eso, no vaya a ser que se pierda. En fin, todo un despropósito.

[loperena]

Ayer vimos



Le dernier des injustes (Lanzmann, 2013)

Documental de más de 3 horas sobre el rabino de Viena Benjamin Murmelstein que fue el último presidente del Consejo judío del gueto/campo de concentración de Theresienstadt. Un cargo nada envidiable, por cierto. Primero porque dependía totalmente, tanto en su nombramiento como en sus funciones, de los jerarcas nazis; segundo, porque Murmelstein fue el único de dichos presidentes que sobrevivió al Holocausto. Participó en labores de reasentamiento de judíos (lo que en algunos casos equivalía salvarles la vida) y, en contrapartida, se convirtió en colaboracionista al promover la imagen de Theresienstadt como una gueto modélico. Tras la guerra emigró a Roma y, repudiado por la comunidad judía, murió en el casi absoluto anonimato. ¿Superviviente? ¿Traidor? ¿Héroe trágico?Entrevistado por Lanzmann en 1975, el documental ve la luz en 2013. Imprescindible.

[Voltaire]

Manhunter, 1986



Asqueado de la cantidad de alimañas bípedas que andan sueltas por este nuestro mundo, el mejor de los mundos posibles, el protagonista de esta historia había decidido retirarse a vivir en paz en la playa, donde criaba tortugas, esos sabios y pacíficos reptiles, hasta que de pronto llega un emisario del matadero para pedirle que se haga cargo de un escalofriante caso de homicidio.



Como era de esperar, nuestro protagonista acepta, aun a riesgo de acabar de nuevo quemado, teniendo como tiene que seguirle la pista a un sádico incontinente, aparte de tratar con otros especímenes, igual de benevolentes o incluso peores. Pues sí, monsieurs, si no estoy equivocado, ésta es la primera obra de celuloide donde sale el célebre Hannibal Lecter, sólo que aquí, procediéndose de una forma mucho más realista y honesta que en productos de explotación como The Silence of the Lambs (1991) o Red Dragon (2002), no se le pinta con trazos amables de caníbal simpático. No, monsieurs, no hay aquí espacio para la frivolidad.



La pregunta es: ¿conseguirá este hombre torturado por la visión del lado más oscuro de la naturaleza humana regresar felizmente junto a sus huevos de tortuga?



Muy buena.

[PREACHER]

De lo visto últimamente me quedo con:



En man som heter Ove (2015, Hannes Holm)
No por poca originalidad (la historia de un viejo gruñón) y menos credibilidad (cuanto más antisocial el personaje, más vida social tiene, oiga*), la peli resulta menos disfrutable, principalmente porque está sustentada en el humor y el sentimentalismo, dos de los grandes crímenes (?) contra el séptimo arte. A mí que me den de esto y el cine solemne y aséptico para vosotros.

*Esto es igual que los protagonistas ultratímidos, siempre complicados en improbables enredos amorosos por guionistas fantasiosos.



Bakaruhában (1957, Imre Fehér)
Clásico del cine húngaro con reminiscencias de nuestras "Cielo negro" o "Calle mayor", un romance con trasfondo social. Admirablemente sincera y con una inolvidable Margit Bara.

Menciones honoríficas para La gitana blanca (1919-1923, Ricardo de Baños), Subotom uvece (1957, Vladimir Pogacic) y Darby's Rangers (1958, William A. Wellman), esta última un ejemplo perfecto de lo poco fiables que son la mayoría de manuales, donde siempre aparece como un film menor o incluso caduco: En apariencia formulaico, con una primera mitad para el entrenamiento de la tropa y una segunda con el grupo en batalla, y propagandista, incluyendo fanfarrias de Max Steiner, resulta que las escenas de acción son brevísimas y a menudo a base de material de archivo (con excepción de la batalla final, por cierto rarísima, entre la niebla, como salida de otro género) y se centra más en los personajes y sus relaciones, un poco a la manera de la también estupenda "Battle Cry" de Walsh.

[gatatitania]

The smallest show on the earth (Basil Dearden, 1957). Acabo de ver esta joyita que trajo Tronko hace unos meses. No es de la Ealing, pero como si lo fuera. Los apuros de un pequeño cine, podría llamarse. Cine dentro del cine. Un delicioso homenaje a las salas de barrio, con momentos descacharrantes y otros emocionantes; con un genial Peter Sellers, una imponente (cuando no) Margareth Rutherford y una Virginia Mackenna en estado de gracia, que recién venía de hacer A town like Alice, una -para mi gusto- de las mejores películas del cine inglés de todos los tiempos. Basil Dearden, que siempre me ha convencido más como director de thriller o dramas, muestra aquí un pulso soberbio para la comedia. Para amantes del cine.

[Jon Olarticoetxea]

Para mí, una lástima que Kafka acabe cediéndole aquí el paso al Capra más tramposo posible.

[PREACHER]

Pero ayer tocó Poklosie (Wladyslaw Pasikowski, 2012). Brutal thriller, con elementos simbçolicos, que juega en torno a la matanza de Jedwabne, un pueblo polaco en el que, en 1941, los campesinos católicos exterminaron a sus vecinos judíos cuando ya se habían ido los rusos y antes de que llegaran los nazis, para quedarse con sus tierras. La película ha levantado tantas ampolas en Polonia que alguno de sus actores ha sido amenazado de muerte

Brillante thriller con la memoria histórica como excusa para retratar la miseria y la indignidad humana, cómo tratamos de tapar quienes fuimos y fueron nuestros antepasados, ignorando que nuestros actos son los que nos distinguen y separan de los actos viles y atroces.

Como se acumulaban las alabanzas, le he hecho hueco en la agenda. No es difícil de entender: Un misterio bien dosificado y un empeño quijotesco del protagonista que acaba en revelaciones de lo más incómodas. Además la realización es bastante académico-occidentalizada, aunque no he visto lo suficiente de cine polaco reciente para decir que es producto de la globalización. En cierto modo me recordó a "La chica terrible":

Das schreckliche Mädchen (Michael Verhoeven, 1990). Una joven investiga qué pasó en su ciudad durante el III Reich, encontrando pronto el rechazo de todos. Un guión fascinante y comprometido, filmado con un tono semi-burlesco que a mí no me acabó de convencer. Tampoco es que abogue por aproximaciones ladrillo-filosóficas como las de algún geniecillo de pega, mejor algo intermedio.

Del resto de la semana mi favorita fue "The Tattered Dress", de la que ya me hice eco, y la peor "Zindagi Na Milegi Dobara" un Bollywood vergonzoso en que 3 idiotas (no lo digo de forma despectiva, es que está indisimuladamente inspirada en la peli un par de años anterior de ese título) se dan una vuelta por la España folclórico-turista con clímax en los sanfermines. Supongo que un hindú la verá con otros ojos.

[loperena]

Ayer vimos



The killing of a sacred deer (Lanthimos, 2017)

Ya en The Lobster, Lanthimos da muestras de que el denso aparato conceptual de sus anteriores películas ha cedido de manera considerable a la narratividad. Eso no tiene que ser necesariamente malo, todo depende del punto donde uno personalmente se sitúe, si más cerca de la idea que de la historia o viceversa. Eso tampoco quiera decir que las ideas desaparezcan (de hecho The killing sigue siendo una película de ideas), pero sí que se pliegan a una cierta peripecia "convencional". Quizás sea esto último lo único insatisfactorio de la peli de Lanthimos: convertir la tragedia de Ifigenia en un drama familiar al uso. Eso no ocurría en Canino, también un drama familiar pero extraordinariamente "marciano". En The killing lo ajeno y lo extraño se presenta en tromba durante la primera media hora, realmente magnífica. Luego decae, hasta volver a renacer en las escenas finales.
Kidman a lo suyo sin nada que destacar, Farrell correcto y algunos buenos momentos en la interpretación del joven actor que encarna a Martin. Esperemos que algún día Lanthimos vuelva a trabajar con actores griegos.

[gatatitania]

Beggars of life (Wellman, 1928). Quizás no sea una película redonda, pero tiene momentos absolutamente maravillosos. Y el maestro Wellman se permite el lujo de demostrar que había asimilado cuánto se había hecho en cine a los dos lados del océano, porque en esta película hay mucho de homenaje al cine mudo soviético o alemán, y al tiempo enlaza plenamente con la narrativa cinematográfica norteamericana. En cierto modo, es una especie de compendio de todo lo que se iba a perder en el cine (se ganarían otras cosas) con el paso al sonoro. Un canto del cisne. El primer cuarto de hora está entre lo mejorcito que he visto últimamente.

[loperena]

Ayer vimos



Thelma (Trier, 2017)

Joachim, no Lars. Aunque creo que el danés le hubiese sacado más partido a este abigarrado thriller que pretende pescar en muchos caladeros: el religioso, el psicoanalítico, el psiquiátrico y el parapsicológico. Por lo menos, porque solo nos quedaría añadir el metafísico. No es una mala película, el argumento se desenvuelva con cierta solvencia y las interpretaciones son aceptables. Se abre con una buena escena de reminiscencias bíblicas que sirve de antesala al primer plato del menú: cómo del rigor religioso nace el conflicto psicosexual expresado a través de una licencia psiquiátrica: la convulsiones psicógenas. Pronto se hace presente el asunto parapsicológico-metafísico que hace virar la película hacia el trasunto de la familia y su propio conflicto interno. Ahí es donde la película toma su cariz más interesante y donde la mirada del director entronca con la de, por ejemplo, Haneke. De modo que el asunto inicial (lo religioso) se vincula con esto último (la culpa transmitida a un tercero o a más de uno...). El final, abierto pero lo suficiente como para poder recoger las piezas de más de una manera.