PATHS TO PARADISE
(Regalo de boda)
(1925)
IMDb
Producción
Paramount Pictures
Director
Clarence Badger
Guion
Keene Thompson
Argumento
La obra de
Paul Armstrong
Fotografía
H. Kinley Martin
Intérpretes
Betty Compson
Raymond Griffith
Tom Santschi
Bert Woodruff
Fred Kelsey
Una estafadora encuentra a su media naranja en forma de un elegante ladrón de joyas. Tras intentar ser el uno más astuto que el otro, los criminales se unen para robar un diamante muy valioso. (FILMAFFINITY)
Una aportación de Eddie Constanti.
Eddie Constanti escribió:
Aquí ya os hemos traído alguna cosa de este peculiar actor que perdió la voz durante su infancia y hablaba en susurros. Si no fue uno de los mejores cómicos del silente (creemos que sí), nadie le puede quitar la etiqueta de haber sido el más elegante. Fijaos en él: frac, chistera y bastón en casi todas sus películas. Tenía una bis cómica indudable y sin necesidad de grandes gestos ni guiños hacia la platea. Otro de esas figuras entrañables que nunca recibió la aceptación que merecía.
Aunque gran parte del trabajo de Raymond Griffith se ha perdido, esta película y "Hands Up!" le han ganado la reputación de ser uno de los comediantes silentes más importantes más allá de los nombres de panteón (Chaplin, Keaton, et al.). Ésta es una comedia muy animada, pero aquellos que buscan pruebas de la afirmación de Walter Kerr de que Griffith es un comediante de esa clase se sentirán decepcionados. No porque Griffith no sea muy hábil, sino porque no es un comediante absoluto, no a menos que consideres a William Powell en el mismo grupo que los hermanos Marx y Abbott y Costello. A lo que más se parece "Paths to Paradise" es a las comedias sonoras sobre criminales con esmoquin alegremente amorales como "Trouble in Paradise", "Jewel Robbery" o "The Lady Eve". Griffith y Betty Compson (que tiene el mismo tiempo de pantalla y, de hecho, eclipsa ligeramente a Griffith) son rivales que se abren camino hasta la casa de un multimillonario anciano y bastante descuidado que ha adquirido un gran diamante.
Como en esas películas sonoras citadas, gran parte del humor proviene del deleite amoral que los criminales sienten en su trabajo, no en elaborados gags visuales. Incluso cuando la película llega a su clímax en una secuencia principalmente visual, una persecución de coches, el humor no proviene del tipo de secuencia de broma frenética que se puede esperar de Lloyd, por ejemplo, sino del puro aplomo con el que Griffith cambia un neumático a gran velocidad sin estropear su traje de noche. De hecho, en general, su personaje, con sus reacciones divertidas (y las lecturas de líneas que imaginas que van con ellas), parece más adecuado para el sonido que para el silencio, y sólo fue la voz débil de Griffith (sus cuerdas vocales se habían dañado de pequeño), lo que le llevó a dejar la actuación.
(IMDb, traducción de Eddie Constanti.)
Por cierto, un comentario personal: en los títulos de crédito de la película se nos recuerda que lo que sucede en ella no coincide con los principios morales de nuestros tiempos (los ladrones se salen con la suya). Un añadido bastante pacato de la Library of Congress (parece que deseaban ser políticamente correctos),cuando uno, como a éste que os escribe, le encanta que rateros tan elegantes como Raymond Griffith o William Powell se lleven el botín. Además, ¿acaso ahora no se roba, empezando desde las más altas instancias de la política?
(Eddie Constanti)
Datos técnicos
Paths to Paradise (1925).mkv [3.85 Gb]
Subtítulos en español: Eddie Constanti.
DD:
https://ydray.com/get/t/16854276030347a ... 2da8b152zs