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BDRip 1080p Dual SE publicado por roisiano
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Imdb
Pais: EU
Año: 1953
Género: Drama. Intriga
Duración: 89 min.
Dirección: Henry Hathaway
Guion: Charles Brackett, Walter Reisch.
Música: Sol Kaplan
Producción: 20th Century Fox. Charles Brackett
Reparto:
Marilyn Monroe, Joseph Cotten, Jean Peters, Denis O'Dea, Casey Adams, Don Wilson, Lurene Tuttle.
Descripción:
Unos recién casados, en viaje de luna de miel, alquilan una casa en un complejo turístico muy cercano a las cataratas de Niágara. Allí conocen a una extraña y bella mujer. El marido de ésta se muestra obsesionado por las infidelidades que supuestamente ella comete, lo que causa un ambiente enrarecido en el lugar.
Críticas:
Spoiler:
Tórrido melodrama con una Marilyn esplendorosamente bella y provocativa (FILMAFFINITY)
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"Excepcionales paisajes, cautivadora fotografía y una dirección enérgica y de calidad son algunas de las bondades de esta espléndida cinta, que ha pasado por méritos propios a la gran historia del cine" (Fernando Morales: Diario El País)
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Algo me dejé en Niágara
"Niágara" ha sido definida como un tórrido melodrama pasional. Catapultó al estrellato a Marilyn Monroe, quien aparece en esta película extraordinariamente bella y provocativa, especialmente en la famosa escena en la que baila y se contonea embutida en un ajustado vestido rojo. El impacto que causó la sensualidad de Marilyn en "Niágara fué tal, que cierta revista, señaló, que en este filme había dos obras maestras de la naturaleza: las cataratas del Niágara y la Monroe. La película fué producida por Charles Brackett y el guión escrito por dos antiguos socios de Billy Wilder. Walter Reisch y Richard Breen.El realizador Henry Hathaway se mostró satisfecho con el resultado final de la película, si bien señaló que quizás hubiera logrado una película de mayor calidad con James Mason en el papel de marido burlado.
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Cataratas
Film realizado por Henry Hathaway (1898-1985) (“Valor de ley”, 1969), a partir de un guión escrito por Charles Brackett, Walter Reisch y Richard L. Breen. Se rueda entre junio y julio de 1952 en las cataratas del Niágara y en el plató nº 5 de Fox Studios (Century City, L.A., CA), con un presupuesto de 1.250.000 USD. Producido por Charles Brackett para la Fox, se estrena el 21-I-1953 (NYC).
La acción dramática tiene lugar en las cataratas del Niágara y alrededores (territorio de Canadá) a lo largo de unos pocos días del verano de 1952. Allí se encuentran y relacionan dos parejas jóvenes y una mayor. Polly y Ray Catler forman la pareja enamorada y perfecta. Rose y George Loomis forman una pareja atormentada por los celos enfermizos del marido tras su participación en la guerra de Corea y su paso por el hospital para enfermos mentales de Littleman. La pareja formada por Jeff Kettering y su esposa, ambos de unos 50 años, marcan las diferencias entre jóvenes y mayores. Los papeles protagonistas corresponden a Rose (Monroe), sensual, seductora y atractiva, que desborda erotismo y carnalidad. Polly (Peters) es sobria, seria, formal y discreta. George (Cotten) es inestable, inseguro y vulnerable. Ray (Adams) encarna la figura de un exitoso ejecutivo de ventas de seguros, ingenuo y de luces limitadas.
La narración se sirve en gran medida de los contrastes para dar relieve y vistosidad al relato. Contrastan poderosamente la belleza de las dos protagonistas, sus concepciones de la feminidad y de su papel en la vida, sus gustos en el vestir y su manera de relacionarse con los hombres y las personas del entorno. Una es generosa, atenta y servicial, frente a la otra que es presumida y dada a llamar la atención exhibiendo sensualidad y una desbordante belleza. Contrastan también las dos parejas jóvenes, que encarnan, respectivamente, la felicidad y la infelicidad, la armonía y la disputa, el enamoramiento y el desamor. Los dos maridos representan papeles opuestos: mientas uno triunfa en su trabajo profesional, el otro acumula fracasos profesionales en cadena, etc.
Por lo demás, el film hace un uso inteligente y convincente de los símbolos, los paralelismos y las semejanzas. En este sentido complementa y amplía el inmenso atractivo de Marilyn enmarcándolo en el paisaje inmenso y monumental del lugar. Potencia la sensualidad de la actriz poniéndola en relación con las imágenes repetidas de las aguas que se desbordan para precipitarse en el abismo. Poco antes ha comparado la manera de ser de Polly con las aguas tranquilas y quietas, casi inmóviles, que hay río arriba. En pocas ocasiones se ha dado en cine una interrelación tan lograda y coherente de paisaje y argumento. Posiblemente decir esto es un tópico, pero es tan cierto que no se puede dejar de decir.
La historia que se explica es sencilla, aporta pocas sorpresas y se sigue con facilidad. Funciona como un cuento o un asequible relato policíaco de bolsillo. Acota muy bien sus dimensiones, sus focos de atención, los ritmos y los medios expresivos, como corresponde a la acreditada maestría de Brackett. Otorga mayor capacidad expresiva a la sugerencia y a la insinuación, que a la representación explícita. De ahí la importancia de que el espectador preste atención a los detalles, como la afición de George a montar modelos de coches antiguos a escala (el Maxwell de 1907), hecho que apunta hacia los intereses del personaje situados fuera de la realidad y de su tiempo. La procedencia de los Catler, de Toledo (Ohio) y Seatle (Washington), respectivamente, confiere a la pareja que forman una representatividad genérica que no se daría si ambos fueran de una misma región o de regiones muy próximas. Subraya el verismo del relato, dándole un cierto aire documental. Se hace eco del hábito del cine de entonces de incluir referencias cultas, que en este caso son históricas: la fecha de construcción del puente de obra (1885) y el nombre de la batalla que marcó los límites de la frontera actual del lugar.
La banda sonora, de Sol Kaplan (“Seis destinos”, Duvivier, 1942), crea una partitura de acompañamiento de carácter dramático, que contribuye a crear la atmósfera de intriga, tensión y temor del film. Añade la canción “Kiss”, que interpreta Marilyn con una fuerte carga de sensualidad. La fotografía, de Joseph MacDonald (“Cielo amarillo”, 1948), en color (technicolor), es espléndida. Confiere a la cinta un cromatismo muy diferente del propio del cine negro, pero a todas luces acertado. Se sirve de sombras para explicar la inquietud e incertidumbre de los personajes. Presenta planos picados antológicos en varias escenas singulares. El aire brumoso que llena el escenario de las cataratas refuerza visualmente la atmósfera del film.
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Un torrente llamado Marilyn.
He aquí una película que nos muestra las grandes condiciones como actriz que poseía la inmortal Marilyn Monroe. Esta cinta de 1953, (para la Fox) entremezcla drama e intriga de manera tan bien lograda que en ningún momento deja de sorprendernos y por ende se nos hace hasta corta, (su duración es de 89 minutos.)
El matrimonio Cutler decide hacer una visita de fin de semana a las cataratas del niágara, como parte de su luna de miel. En el hotel en que alojan conocen a una por demás disímil pareja, George Loomis (Joseph Cotten) y su joven esposa Rose (Marilyn Monroe.)
Rose, evidentemente está mas que fastidiada de su celoso esposo, más cuando ya tiene a un joven amante para sí. Ahora la joven Rose solo tiene algo en mente, deshacerse de su marido e iniciar una nueva vida. Es aquí donde comienza la intriga, que concluye con un final de gran emotividad.
Esta cinta, sumada a la polémica visita de Marilyn a Corea, transformaron a la actriz en el mayor ícono del cine de todos los tiempos. Bajo la dirección de Henry Hathaway, la historia consigue realmente atraer toda nuestra atención desde principios a fin. (Hathaway hace la toma posterior mas extensa de una actriz en la historia del cine, con Marilyn alejándose, caminando con su sensual contorneo.)
Poco mas que agregar, solo decir que es una buena cinta de suspenso, con toques de drama, bella tomas de las imponentes cataratas del niágara y además de todo ello, por supuesto: Marilyn, única. (Incluso intrepreta una canción.)
Para agregar, Jean Peters interpreta a la señora Cutler, y Casey Adams a su flamante esposo, el guión es de Charles Brackett, Walter Reisch y Richard Breen.
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Marilyn Monroe 1953
Uno de los mejores físicos y talentos del último siglo puso en la Historia la primera planta hidroeléctrica, fue en las cataratas del Niágara en 1895 y uno de los mejores físicos y talentos del último siglo puso en la Historia la película Niágara, fue en sus cataratas en 1953. El primero fue el inspirado ingeniero, inventor y visionario Nikola Tesla y la segunda fue la genial actriz Marilyn Monroe causante de no cansarse de volver a ver esta película que gana con el tiempo.
Las cataratas del Niágara que, en la película, funcionan como símbolo de la pasión descontrolada, son un portento de la naturaleza; en su simple contemplación, si tienes la sensibilidad suficiente, te puedes quedar helado, cosa que, por cierto, sucede en las propias cataratas dos o tres veces al siglo. No es el caso de esta película, en la que Marilyn Monroe, el otro indiscutible portento de la naturaleza en la película, podría derretir ese hielo de éstas si fuera preciso. En efecto, Marilyn Monroe, 27 años por entonces, aunque no recibiera buenas críticas de su actuación de mujer fatal, impactó y no solo a los cinéfilos, concretamente, su segunda aparición en la película, presentada en silueta y media en la crepuscular habitación para luego inclinarse hacia la luz.
La ciudad de Niágara (en ambos lados) es horrible, es la cuna del mal gusto, una Las Vegas para recién casados, para parejas en busca de emociones débiles y anodinas; en este punto, la película de Hathaway supone una aproximación crítica sobre las lunas de miel en estos almibarados resort a través de la contraposición entre la inestable pareja Monroe-Cotten y la idealizada Peters-Adams, en las que algunas partes tienen puntos en común con su inquietante film “El correo del infierno” (1951).
Para domar la corriente del Niagara se construyó el Spanish Aerocar en 1916 (diseñado por Leonardo Torres Quevedo y construido por una empresa con capital español) que es un funicular aéreo que une los casi 600 metros que separan dos orillas canadiense del río Niágara a unos 4 kilómetros al norte de la catarata principal (esta estructura se puede observar en la película a mitad de su metraje). En cambio, para domar la dependencia obsesiva, criminal y bipolar de Joseph Cotten con Marilyn Monroe no basta Jean Peters, ni siquiera su relación insinuada que actuará como redención final sobre aguas descontroladas. Es curioso cómo, al igual que la caída del agua de las cataratas, Marilyn Monroe también se desplome, tumbe y desmaye y aparezca en posición vertical tantas veces en la película, inolvidable aquella en la que está en el Hospital y escucha su canción en las campanas de la iglesia, ese campanario que remite a los aficionados a “El” (1953) de Buñuel y (posteriormente) a “Vértigo” (1958) de Hitchcock.
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Aguas profundas
Espléndido filme del maestro Hathaway. Espectacular la fotografía en un technicolor saturado que recuerda el de "Vértigo" y que armoniza con la estética "kitsch" de la ciudad donde transcurre la historia. Me interesó particularmente el sutil análisis de la institución matrimonial que recibe una crítica demoledora. El matrimonio que integran Jean Peters y Casey Adams muestra una felicidad ficticia, él es un mediocre que desilusiona permanentemente a su esposa, a la que se ve insatisfecha pero resignada. Jean Peters dota de una gran sutileza a su personaje, su interés por el hombre maduro y atormentado que encarna Joseph Cotten nos da que pensar. Cómo le gustaría ser amada así y qué feliz podría hacerlo.
Marilyn, como siempre, al menos en mi opinión, sobreactúa, sus contoneos y mohines llegan al desborde. Una gran película, que mejora con las revisiones.
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Belleza natural
Es una película que juega mucho con tu imaginación, tanto en su trama, tanto con su sugerente nombre, como con las voluptuosas curvas de la sensual Marilyn Monroe; afortunadamente mi imaginación en esta parte está intacta y esta mujer me la pone a volar. Bueno, volviendo a la parte seria, como les venía diciendo, su trama juega con nosotros, porque lo que damos por hecho en un principio se transforma luego en una historia de crimen de lo más insospechada. El juego que logran con su nombre y la aparente calma de las imágenes de las cataratas, nos sugieren de inmediato que la historia esconde algo por debajo, pese a su comienzo flojo y ridículo. Juego, que en momentos, en lugar de sumar, resta, como en las escenas de asesinatos, que son muy implícitas, y hace que la película pierda en dramatismo. Otro de los puntos negativos, es la desesperante actuación de uno de los protagonistas, en el papel del feliz recién casado; como se nota que quería figurar más que los demás, y lo que logra es volverse pesado. Además no viene a lugar que sea tan vulgar y grosero con su esposa, y que por momentos la ignore para dedicarse a otras actividades; se supone que era su luna miel. En fin, quien soy yo, para decir después de tantos años lo que se debió hacer y lo que no, si la película entretiene más de lo que se podría esperar.
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Marilyn monroe y Niágara un torrente de emociones que ni siquiera la naturaleza puede controlar
Sin duda alguna esta película es una de las más importantes de la filmografía de Marilyn Monroe, ya que fue la película que la consagró como la mayor estrella de la twenty century fox. Con 26 años Marilyn protagonizó esta soberbia película de cine negro junto a Joseph Cotten y Jean Peters, todos ellos realizan magníficos papeles, pero sin duda el de la protagonista es el más destacado, sin duda una de las femmes fatales más recordadas de la historia del cine.
La dirección por parte de Henry Hathaway es exquisita y muestra una fotografía en technicolor que ha pasado a la historia del cine, con escenas que recuerdan a películas de Alfred Hitchcock, sobre todo las escenas de la torre y las de las cataratas.
Sin olvidar la deslumbrante sensualidad que desprende Marilyn Monroe, sobre todo caminando.
Lo mejor: La escena del asesinato en La torre, Marilyn cantando Kiss me, la interpretación de Marilyn como Femme fatale, Joseph Cotten como el marido desequilibrado, la diferencia de personalidades entre Rose(Marilyn) y Jean Peters, la fotografía y las cataratas del Niagara.
Lo peor: Max Showalter en algunos momentos resulta demasiado pesado, en la escena final de las cataras se notan demasiado las transparencias pero aun asi es impresionante.
Recomendable para los amantes del cine clasico, del cine negro y de la gran Marilyn Monroe.
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"Excepcionales paisajes, cautivadora fotografía y una dirección enérgica y de calidad son algunas de las bondades de esta espléndida cinta, que ha pasado por méritos propios a la gran historia del cine" (Fernando Morales: Diario El País)
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Algo me dejé en Niágara
"Niágara" ha sido definida como un tórrido melodrama pasional. Catapultó al estrellato a Marilyn Monroe, quien aparece en esta película extraordinariamente bella y provocativa, especialmente en la famosa escena en la que baila y se contonea embutida en un ajustado vestido rojo. El impacto que causó la sensualidad de Marilyn en "Niágara fué tal, que cierta revista, señaló, que en este filme había dos obras maestras de la naturaleza: las cataratas del Niágara y la Monroe. La película fué producida por Charles Brackett y el guión escrito por dos antiguos socios de Billy Wilder. Walter Reisch y Richard Breen.El realizador Henry Hathaway se mostró satisfecho con el resultado final de la película, si bien señaló que quizás hubiera logrado una película de mayor calidad con James Mason en el papel de marido burlado.
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Cataratas
Film realizado por Henry Hathaway (1898-1985) (“Valor de ley”, 1969), a partir de un guión escrito por Charles Brackett, Walter Reisch y Richard L. Breen. Se rueda entre junio y julio de 1952 en las cataratas del Niágara y en el plató nº 5 de Fox Studios (Century City, L.A., CA), con un presupuesto de 1.250.000 USD. Producido por Charles Brackett para la Fox, se estrena el 21-I-1953 (NYC).
La acción dramática tiene lugar en las cataratas del Niágara y alrededores (territorio de Canadá) a lo largo de unos pocos días del verano de 1952. Allí se encuentran y relacionan dos parejas jóvenes y una mayor. Polly y Ray Catler forman la pareja enamorada y perfecta. Rose y George Loomis forman una pareja atormentada por los celos enfermizos del marido tras su participación en la guerra de Corea y su paso por el hospital para enfermos mentales de Littleman. La pareja formada por Jeff Kettering y su esposa, ambos de unos 50 años, marcan las diferencias entre jóvenes y mayores. Los papeles protagonistas corresponden a Rose (Monroe), sensual, seductora y atractiva, que desborda erotismo y carnalidad. Polly (Peters) es sobria, seria, formal y discreta. George (Cotten) es inestable, inseguro y vulnerable. Ray (Adams) encarna la figura de un exitoso ejecutivo de ventas de seguros, ingenuo y de luces limitadas.
La narración se sirve en gran medida de los contrastes para dar relieve y vistosidad al relato. Contrastan poderosamente la belleza de las dos protagonistas, sus concepciones de la feminidad y de su papel en la vida, sus gustos en el vestir y su manera de relacionarse con los hombres y las personas del entorno. Una es generosa, atenta y servicial, frente a la otra que es presumida y dada a llamar la atención exhibiendo sensualidad y una desbordante belleza. Contrastan también las dos parejas jóvenes, que encarnan, respectivamente, la felicidad y la infelicidad, la armonía y la disputa, el enamoramiento y el desamor. Los dos maridos representan papeles opuestos: mientas uno triunfa en su trabajo profesional, el otro acumula fracasos profesionales en cadena, etc.
Por lo demás, el film hace un uso inteligente y convincente de los símbolos, los paralelismos y las semejanzas. En este sentido complementa y amplía el inmenso atractivo de Marilyn enmarcándolo en el paisaje inmenso y monumental del lugar. Potencia la sensualidad de la actriz poniéndola en relación con las imágenes repetidas de las aguas que se desbordan para precipitarse en el abismo. Poco antes ha comparado la manera de ser de Polly con las aguas tranquilas y quietas, casi inmóviles, que hay río arriba. En pocas ocasiones se ha dado en cine una interrelación tan lograda y coherente de paisaje y argumento. Posiblemente decir esto es un tópico, pero es tan cierto que no se puede dejar de decir.
La historia que se explica es sencilla, aporta pocas sorpresas y se sigue con facilidad. Funciona como un cuento o un asequible relato policíaco de bolsillo. Acota muy bien sus dimensiones, sus focos de atención, los ritmos y los medios expresivos, como corresponde a la acreditada maestría de Brackett. Otorga mayor capacidad expresiva a la sugerencia y a la insinuación, que a la representación explícita. De ahí la importancia de que el espectador preste atención a los detalles, como la afición de George a montar modelos de coches antiguos a escala (el Maxwell de 1907), hecho que apunta hacia los intereses del personaje situados fuera de la realidad y de su tiempo. La procedencia de los Catler, de Toledo (Ohio) y Seatle (Washington), respectivamente, confiere a la pareja que forman una representatividad genérica que no se daría si ambos fueran de una misma región o de regiones muy próximas. Subraya el verismo del relato, dándole un cierto aire documental. Se hace eco del hábito del cine de entonces de incluir referencias cultas, que en este caso son históricas: la fecha de construcción del puente de obra (1885) y el nombre de la batalla que marcó los límites de la frontera actual del lugar.
La banda sonora, de Sol Kaplan (“Seis destinos”, Duvivier, 1942), crea una partitura de acompañamiento de carácter dramático, que contribuye a crear la atmósfera de intriga, tensión y temor del film. Añade la canción “Kiss”, que interpreta Marilyn con una fuerte carga de sensualidad. La fotografía, de Joseph MacDonald (“Cielo amarillo”, 1948), en color (technicolor), es espléndida. Confiere a la cinta un cromatismo muy diferente del propio del cine negro, pero a todas luces acertado. Se sirve de sombras para explicar la inquietud e incertidumbre de los personajes. Presenta planos picados antológicos en varias escenas singulares. El aire brumoso que llena el escenario de las cataratas refuerza visualmente la atmósfera del film.
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Un torrente llamado Marilyn.
He aquí una película que nos muestra las grandes condiciones como actriz que poseía la inmortal Marilyn Monroe. Esta cinta de 1953, (para la Fox) entremezcla drama e intriga de manera tan bien lograda que en ningún momento deja de sorprendernos y por ende se nos hace hasta corta, (su duración es de 89 minutos.)
El matrimonio Cutler decide hacer una visita de fin de semana a las cataratas del niágara, como parte de su luna de miel. En el hotel en que alojan conocen a una por demás disímil pareja, George Loomis (Joseph Cotten) y su joven esposa Rose (Marilyn Monroe.)
Rose, evidentemente está mas que fastidiada de su celoso esposo, más cuando ya tiene a un joven amante para sí. Ahora la joven Rose solo tiene algo en mente, deshacerse de su marido e iniciar una nueva vida. Es aquí donde comienza la intriga, que concluye con un final de gran emotividad.
Esta cinta, sumada a la polémica visita de Marilyn a Corea, transformaron a la actriz en el mayor ícono del cine de todos los tiempos. Bajo la dirección de Henry Hathaway, la historia consigue realmente atraer toda nuestra atención desde principios a fin. (Hathaway hace la toma posterior mas extensa de una actriz en la historia del cine, con Marilyn alejándose, caminando con su sensual contorneo.)
Poco mas que agregar, solo decir que es una buena cinta de suspenso, con toques de drama, bella tomas de las imponentes cataratas del niágara y además de todo ello, por supuesto: Marilyn, única. (Incluso intrepreta una canción.)
Para agregar, Jean Peters interpreta a la señora Cutler, y Casey Adams a su flamante esposo, el guión es de Charles Brackett, Walter Reisch y Richard Breen.
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Marilyn Monroe 1953
Uno de los mejores físicos y talentos del último siglo puso en la Historia la primera planta hidroeléctrica, fue en las cataratas del Niágara en 1895 y uno de los mejores físicos y talentos del último siglo puso en la Historia la película Niágara, fue en sus cataratas en 1953. El primero fue el inspirado ingeniero, inventor y visionario Nikola Tesla y la segunda fue la genial actriz Marilyn Monroe causante de no cansarse de volver a ver esta película que gana con el tiempo.
Las cataratas del Niágara que, en la película, funcionan como símbolo de la pasión descontrolada, son un portento de la naturaleza; en su simple contemplación, si tienes la sensibilidad suficiente, te puedes quedar helado, cosa que, por cierto, sucede en las propias cataratas dos o tres veces al siglo. No es el caso de esta película, en la que Marilyn Monroe, el otro indiscutible portento de la naturaleza en la película, podría derretir ese hielo de éstas si fuera preciso. En efecto, Marilyn Monroe, 27 años por entonces, aunque no recibiera buenas críticas de su actuación de mujer fatal, impactó y no solo a los cinéfilos, concretamente, su segunda aparición en la película, presentada en silueta y media en la crepuscular habitación para luego inclinarse hacia la luz.
La ciudad de Niágara (en ambos lados) es horrible, es la cuna del mal gusto, una Las Vegas para recién casados, para parejas en busca de emociones débiles y anodinas; en este punto, la película de Hathaway supone una aproximación crítica sobre las lunas de miel en estos almibarados resort a través de la contraposición entre la inestable pareja Monroe-Cotten y la idealizada Peters-Adams, en las que algunas partes tienen puntos en común con su inquietante film “El correo del infierno” (1951).
Para domar la corriente del Niagara se construyó el Spanish Aerocar en 1916 (diseñado por Leonardo Torres Quevedo y construido por una empresa con capital español) que es un funicular aéreo que une los casi 600 metros que separan dos orillas canadiense del río Niágara a unos 4 kilómetros al norte de la catarata principal (esta estructura se puede observar en la película a mitad de su metraje). En cambio, para domar la dependencia obsesiva, criminal y bipolar de Joseph Cotten con Marilyn Monroe no basta Jean Peters, ni siquiera su relación insinuada que actuará como redención final sobre aguas descontroladas. Es curioso cómo, al igual que la caída del agua de las cataratas, Marilyn Monroe también se desplome, tumbe y desmaye y aparezca en posición vertical tantas veces en la película, inolvidable aquella en la que está en el Hospital y escucha su canción en las campanas de la iglesia, ese campanario que remite a los aficionados a “El” (1953) de Buñuel y (posteriormente) a “Vértigo” (1958) de Hitchcock.
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Aguas profundas
Espléndido filme del maestro Hathaway. Espectacular la fotografía en un technicolor saturado que recuerda el de "Vértigo" y que armoniza con la estética "kitsch" de la ciudad donde transcurre la historia. Me interesó particularmente el sutil análisis de la institución matrimonial que recibe una crítica demoledora. El matrimonio que integran Jean Peters y Casey Adams muestra una felicidad ficticia, él es un mediocre que desilusiona permanentemente a su esposa, a la que se ve insatisfecha pero resignada. Jean Peters dota de una gran sutileza a su personaje, su interés por el hombre maduro y atormentado que encarna Joseph Cotten nos da que pensar. Cómo le gustaría ser amada así y qué feliz podría hacerlo.
Marilyn, como siempre, al menos en mi opinión, sobreactúa, sus contoneos y mohines llegan al desborde. Una gran película, que mejora con las revisiones.
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Belleza natural
Es una película que juega mucho con tu imaginación, tanto en su trama, tanto con su sugerente nombre, como con las voluptuosas curvas de la sensual Marilyn Monroe; afortunadamente mi imaginación en esta parte está intacta y esta mujer me la pone a volar. Bueno, volviendo a la parte seria, como les venía diciendo, su trama juega con nosotros, porque lo que damos por hecho en un principio se transforma luego en una historia de crimen de lo más insospechada. El juego que logran con su nombre y la aparente calma de las imágenes de las cataratas, nos sugieren de inmediato que la historia esconde algo por debajo, pese a su comienzo flojo y ridículo. Juego, que en momentos, en lugar de sumar, resta, como en las escenas de asesinatos, que son muy implícitas, y hace que la película pierda en dramatismo. Otro de los puntos negativos, es la desesperante actuación de uno de los protagonistas, en el papel del feliz recién casado; como se nota que quería figurar más que los demás, y lo que logra es volverse pesado. Además no viene a lugar que sea tan vulgar y grosero con su esposa, y que por momentos la ignore para dedicarse a otras actividades; se supone que era su luna miel. En fin, quien soy yo, para decir después de tantos años lo que se debió hacer y lo que no, si la película entretiene más de lo que se podría esperar.
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Marilyn monroe y Niágara un torrente de emociones que ni siquiera la naturaleza puede controlar
Sin duda alguna esta película es una de las más importantes de la filmografía de Marilyn Monroe, ya que fue la película que la consagró como la mayor estrella de la twenty century fox. Con 26 años Marilyn protagonizó esta soberbia película de cine negro junto a Joseph Cotten y Jean Peters, todos ellos realizan magníficos papeles, pero sin duda el de la protagonista es el más destacado, sin duda una de las femmes fatales más recordadas de la historia del cine.
La dirección por parte de Henry Hathaway es exquisita y muestra una fotografía en technicolor que ha pasado a la historia del cine, con escenas que recuerdan a películas de Alfred Hitchcock, sobre todo las escenas de la torre y las de las cataratas.
Sin olvidar la deslumbrante sensualidad que desprende Marilyn Monroe, sobre todo caminando.
Lo mejor: La escena del asesinato en La torre, Marilyn cantando Kiss me, la interpretación de Marilyn como Femme fatale, Joseph Cotten como el marido desequilibrado, la diferencia de personalidades entre Rose(Marilyn) y Jean Peters, la fotografía y las cataratas del Niagara.
Lo peor: Max Showalter en algunos momentos resulta demasiado pesado, en la escena final de las cataras se notan demasiado las transparencias pero aun asi es impresionante.
Recomendable para los amantes del cine clasico, del cine negro y de la gran Marilyn Monroe.
Tamaño: 1,17 Gb
Duracion: 01:25:13
Vídeo codec: Xvid (doble pasada)
Resolución: 680 x 496
Bitrate: 1702 Kbps.
Audio codec: Castellano Mp3 - Inglés Mp3
Bitrate Castellano/Inglés: 48000Hz 123 kb/s total (2 chnls) LAME3.90.
Subtítulos:[Castellano - Inglés]
Capturas:
Niagara.(1953).(DvdRip.Xvid.Dual).merxe.avi [1.17 Gb]
Niagara.(1953).(DvdRip.Xvid.Dual).(Subs.Es-En).merxe.rar [36.1 Kb]
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