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Publicado por chonclitos en DXC
Goupi Mains Rouges
IMDB
Dirección
Jacques Becker
Guión
Jacques Becker
(basado en la novela de Pierre Véry, autor, entre otras,
de L'assassinat du Père Noël y Les disparus de St. Agil)
Fotografía
Jean Bourgoin
Género
Drama - Crimen
Año de producción
1943
Reparto:
Fernand Ledoux
Georges Rollin
Blanchette Brunoy
Arthur Devère
Germaine Kerjean
Maurice Schutz
SINOPSIS
Una peculiar familia campesina, cuyas heterodoxas tradiciones han ido pasando de padres a hijos, está habituada a resolver sus asuntos al margen de la ley, sin recurrir nunca a los gendarmes, aunque se vean involucrados en graves delitos. Messous hace venir de París a su hijo Goupi, al que no veía desde hacía venticinco años. El tío Mains Rouges, la oveja negra de la familia, es el encargado de ir a buscarlo a la estación. (FILMAFFINITY)
EL CINE DE SOLARIS
Hay películas que parece que tienen muchas esquinas. Cada paso es una aventura, porque es una incursión en lo incierto. El escenario puede variar cuando menos te lo esperes. Tampoco imaginabas que había una esquina cuando parecía que ibas enfilado hacia el horizonte. En el pueblo en el que transcurre la acción de ‘Goupi mains rouges, (1943), segunda obra de Jacques Becker, cada habitante tiene un apodo. Es como su contraseña. Otra forma de nombrar la realidad, como si estuvieras en otro lado del espejo. De este (aunque no es más que otro diferente a aquel otro), de la ciudad, de Paris, llega, irrumpe, un integrante de la familia Goupi, Eugene (Georges Rollin), al que ya le han encasquetado el apodo de ‘Señor’ (por eso de que es de la urbe). Tiene 27 años, y hace 25 que no veía su padre. Por algún motivo le ha llamado, y tardará en saberlo, porque los recorridos son muy sinuosos, con tantos recodos, que no sabes cuando llegas al destino (de la misma forma que pasado y presente han tardado en conciliarse).
De hecho, le viene a recoger uno de su tíos, precisamente al que apodan ‘Mains rouges’, ‘Manos rojas’ (Fernand Ledoux), desconcertante ya de entrada por su aspecto, con ese abrigo de piel que le hace asemejar a un oso, pero la línea de trayecto no será la recta; harán una parada en el camino, que conllevará un relato sobre fantasmas, un susto que no sabe que es consecuencia de una escenificación en la que interviene su primo, Tonkin (Robert Le Vingan), y, por fin, realizar la última parte de trayecto a pie, en medio de la noche, sin saber a ciencia cierta si es la dirección correcta, para remate encontrase con lo inesperado y aún más insólito cuando llegue a la casa de la familia; lo que parece un cadáver, el de su bisabuelo, ‘El emperador’ (Marice Schultz), que tiene nada menos que 106 años. También irrumpe el robo, y el asesinato, pero no es el cadáver el que parece en principio, porque no está realmente muerto, sino otro, con el que se toparán al mismo tiempo que con un extraviado Señor. Lo dicho, sinuosidades y extrañamientos de los que nada saben los mapas.
‘Goupi mains rouges’, extraordinaria adaptación de la novela de Pierre Very por el propio Becker, es una película que es tanto una comedia como un drama como una película con elementos de intriga, detectivescos, cuyo curso sinuoso desafía la previsiblidad, las certezas. Los personajes pueden sorprender, contradecir lo que en principio aparentan, como el asustadizo, en principio, Señor al que desborda la cadena de excentricidades con las que se topa en ese universo extraño, se convierte en una figura de serena templanza. Quien era el extraño, encuentra su lugar, y se convierte en equilibrio. Quieres huir, y de repente, en el siguiente recodo algo cambia en el escenario, irrumpe un rostro, el amor, y ya ansías quedarte. Hay quien vive como si su hogar fuera un reducto de las Colonias en las que vivió durante cinco años, lo que revela que está ya más lejos que presente, un insatisfacción que es un grito en sordina de ganas de fuga de un espacio con demasiado aire retenido.
Y los hay quienes se esfuerzan en encontrar un tesoro que el bisabuelo mantiene oculto, y que tienen que lograr descubrir antes de que sí de verdad muera. Hay quien dice que con el dinero no se juega, a lo que otro responde que si no tienes dinero, te aburres. También a las apariencias se les da cierto valor, se inflan un tanto, o se alimentan como si fuera un medallero. Vanidades, cuando lo valioso es el tiempo, o cómo se vive. Mientras, de vez en cuando, se intenta averiguar quién robó el dinero, quién realizó el crimen, y a quién ama Antoinette (Blanchette Brunoy). Y sí, ‘Manos rojas’ que durante bastante tiempo permanece en segundo plano, aunque dé título a la película, reaparece para poner todo en su sitio, para ejercer de detective y tras hacer dos preguntas, otro par de observaciones, lograr dilucidar quién es responsable y poner un poco de orden en un hogar que más bien parecía un desbarajuste, un remolino de tierra, ese en el que estaba envuelto un país ocupado, dividido, o separado, como la madre de Eugene que rompió con la familia, y se fue a la ciudad. Otra sutil forma de, a la par de cuestionar ciertos ensimismamientos y ombliguismos de miradas ajenas a la realidad alrededor, realizar un canto a la unión, a la cohesión que puede hacer efectiva la insurgencia.
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Jacques Becker nació el 15 de septiembre de 1906, en París, donde ha muerto a los cincuenta y tres años, el día 20 de febrero de 1960... Su familia pertenecía al mundo de la Alta Costura. Becker trabajó primero en la Compañía General Transatlántica y después en un negocio de acumuladores de automóviles. El cine le apasionaba y consiguió llegar a ser ayudante del realizador americano King Vidor.
Por otra parte su familia estaba unida, en Marlotte, cerca de Fontainebleau, donde tenían una casa de campo, a los descendientes de dos célebres pintores: Paul Cézanne y Auguste Renoir. Y con Jean Renoir comenzó su carrera cinematográfica en 1932, como ayudante de dirección. Fue su colaborador en diez de sus films más famosos y se hizo amigo de otros colaboradores del maestro, principalmente de Henri Cartier Bresson... Durante mucho tiempo se creyó que Becker no saldría nunca de la sombra de Renoir, a quien admiraba profundamente y del que era íntimo amigo.
En 1936 realizó un cortometraje cómico, Le Commissaire est bon enfant51, con Pierre Prévert, y en 1939 empezó a dirigir su primer film largo, L'or du Cristobal, que no terminó. Después de este desgraciado ensayo (que no firmó) vino la guerra. Fue hecho prisionero y después liberado. En 1942 tentó su suerte con un film de aventuras, que concibió como un sucedáneo de los films americanos de esta especie. Dernier atout, sin más pretensión que la de agradar fue un éxito, que le permitió, con escasos medios financieros, dirigir una película sobre un argumento que le gustaba y al que se entregó con pasión, Goupi mains rouges.
La película era una adaptación de una novela policíaca de Pierre Véry. La intriga era un poco artificial, pero no así los héroes, pues el autor tomó como modelos a sus propios familiares, labradores del centro de Francia. Pensando seguramente en este film, que marcó sus verdaderos pasos iniciales en el cine, Becker declaró una vez a François Truffaut, contestando a una pregunta para Cahiers du Cinema («¿Es usted un cineasta social?»), lo siguiente:
«-Se equivocan al pensar abiertamente que he intentado a toda costa ser 'social'. Esta impresión nace porque en mis films uno se interesa generalmente bastante por los personajes. Quizás sea mi lado de entomólogo. Vivo en Francia, trabajo con franceses, observo a los franceses y me preocupo de los franceses».
Por esta época escribía:
«-Nunca he deseado tratar 'expresamente' un asunto. En ningún momento y en ninguno de mis films. La historia (la anécdota, la peripecia) me interesa un poco, pero no me apasionan. Solamente los personajes (...) me obsesionan, hasta el punto de pensar en ellos sin cesar. Me apasionan de la misma manera que me apasionan las gentes con las que me cruzo al pasar por la calle y de las que querría saberlo todo. Me ha ocurrido a veces que se me ha sorprendido mirando a los desconocidos (hombres o mujeres) con una atención que les molestaba...»
La anécdota policíaca de Goupi mains rouges le interesó menos que su colección de tipos y su ambiente pueblerino. Ningún film sobre los campesinos franceses (salvo el Farrebique, de Rouquier) ha tenido esta autenticidad 'social'».
Después de la Liberación -en la que Becker luchó en la Resistencia- el actor Pierre Blanchar llevó Goupi a Nueva York. Allí entusiasmó a los entendidos e inmediatamente una gran firma de Hollywood lo compró, lo dobló en inglés con el título de It happened at the Inn52 y lo guardó cuidadosamente en sus cajones, sin que desde entonces haya salido de allí... Seguramente, se temía que después de un film semejante el público americano se entusiasmase con el cine francés... Becker perdió con esto acaso la suerte que tuvo Rossellini después del éxito americano de Paisà y de Roma, città aperta.
CAPTURAS
AVI File Details
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Filesize........: 698 MB (or 714,893 KB or 732,050,432 bytes)
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Goupi Mains Rouges (Jacques Becker, 1943) DVDRip VO.avi [698.14 Mb]
Subtítulos extraídos por chonclitos de un VHS. He revisado la ortografía:
Subtítulos en Español