¡Un nuevo misterio de Ulmer con música!
Club Havana (1945)
. . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .
Directed by
Edgar G. Ulmer
Writing credits
Raymond L. Schrock (screen play)
Fred L. Jackson (original story by) (as Fred Jackson)
Cast (in credits order)
verified as complete
Tom Neal ... Bill Porter
Margaret Lindsay ... Rosalind
Donald Douglas ... Johnny Norton (as Don Douglas)
Lita Baron ... Isabelita
Dorothy Morris ... Lucy
Renie Riano ... Mrs. Cavendish
Ernest Truex ... Willy Kingston
Gertrude Michael ... Hetty (Powder Room Attendant)
Eric Sinclair ... Jimmy Medford
Paul Cavanagh ... Rogers
Marc Lawrence ... Joe Reed
Pedro de Cordoba ... Charles (Headwaiter)
Sonia Sorel ... Myrtle (Switchboard Operator)
Carlos Molina ... Carlos Molina (as Carlos Molina and His Music of the Americas)
Produced by
Leon Fromkess (producer)
Martin Mooney (associate producer)
Music by
Howard Jackson
Cinematography by
Benjamin H. Kline
Eugen Schüfftan (uncredited)
Club Havana (1945)
. . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .
Directed by
Edgar G. Ulmer
Writing credits
Raymond L. Schrock (screen play)
Fred L. Jackson (original story by) (as Fred Jackson)
Cast (in credits order)
verified as complete
Tom Neal ... Bill Porter
Margaret Lindsay ... Rosalind
Donald Douglas ... Johnny Norton (as Don Douglas)
Lita Baron ... Isabelita
Dorothy Morris ... Lucy
Renie Riano ... Mrs. Cavendish
Ernest Truex ... Willy Kingston
Gertrude Michael ... Hetty (Powder Room Attendant)
Eric Sinclair ... Jimmy Medford
Paul Cavanagh ... Rogers
Marc Lawrence ... Joe Reed
Pedro de Cordoba ... Charles (Headwaiter)
Sonia Sorel ... Myrtle (Switchboard Operator)
Carlos Molina ... Carlos Molina (as Carlos Molina and His Music of the Americas)
Produced by
Leon Fromkess (producer)
Martin Mooney (associate producer)
Music by
Howard Jackson
Cinematography by
Benjamin H. Kline
Eugen Schüfftan (uncredited)
Sinopsis (by cinefania)
Luego de divorciarse de su abusivo marido, una joven mujer (Margaret Lindsay) marcha desde Reno a Miami para encontrarse con su amante, Johnny Norton (Don Douglas), en el club que da título a esta película. En dicho establecimiento se presentan la mágica Isabelita (Lita Baron) acompañada al piano por Jimmy Medford (Eric Sinclair), ambos testigos del asesinato de la anterior cantante por parte de un gangster (Marc Lawrence, el villano de turno) que acaba de ser soltado por la policía debido a falta de evidencia. Ante el temor de una represalia, la cantante y su pianista se callaron la boca. También hay otros dramas relativos a diversas parejas de personajes, todos los cuales se resuelven puntualmente luego de una hora de metraje. En el medio, suenan "Bésame mucho" de Consuelo Velázquez y "Tico-Tico, no Fubá" de Zequínha de Abreu y Aloysio Oliveira. Se trata de una de las películas dirigidas por Ulmer para la modesta PRC.
"Club Havana consistió en hacer algo especial...
poder hacer un Grand Hotel (Edmund Goulding, 1932) en un sólo decorado".
Edgar G. Ulmer
El director más extraño y fascinante de la historia del cine, el cineasta maldito por excelencia, vuelve a sorprendernos con una nueva película inesperadamente buena. Y digo que es inesperado, porque las condiciones en las que se rodó Club Havana no auguraban para nada un resultado tan notable como el obtenido. La PRC quería realizar un Gran Hotel (Edmund Goulding, 1932) en formato barato, intentando explotar los ambientes de música caribeña tan de moda en aquellos tiempos, y para ello confió en su director fetiche, Edgar G. Ulmer, que ya había supervisado la versión alemana de la obra de Goulding. La diferencia de medios entre esta modestísima producción de la PRC y la superproducción de la MGM es abismal: Ulmer tuvo que rodar esta película en seis días, en un sólo decorado, improvisando el guión sobre la marcha y con un metraje de sólo una hora. Lo que a priori estaba destinado a ser un disparate, acabó siendo uno de los logros más atractivos de toda la filmografía de Ulmer.
En la época en que se rodó Club Havana, Ulmer estaba en el mejor momento de su carrera (sólo dos semanas antes se había estrenado su obra maestra, Detour), y ninguna limitación parecía impedir que llevara a buen puerto cualquier cosa que filmara. Instalado en la comodidad y en la libertad de trabajar para la PRC, a pesar de las difíciles condiciones de trabajo, y con el respaldo del director de fotografía Eugen Schüfftan (una vez más, no acreditado en esta película) y del productor Leon Fromkess, Ulmer rodaba con tal pasión que salvaba cualquier disparate que le propusieran gracias a la incomparable vitalidad que insuflaba a sus obras. Yo siempre he defendido que Ulmer ha sido uno de los directores más pasionales de la historia del cine, siendo la suya una pasión mesurada, que a menudo daba como resultado obras calmadas y reposadas, lejos de los sentimientos desbordados de otros cineastas. Esta película es un buen ejemplo de ese entuasiasmo comedido.
En la época en que se rodó Club Havana, Ulmer estaba en el mejor momento de su carrera (sólo dos semanas antes se había estrenado su obra maestra, Detour), y ninguna limitación parecía impedir que llevara a buen puerto cualquier cosa que filmara. Instalado en la comodidad y en la libertad de trabajar para la PRC, a pesar de las difíciles condiciones de trabajo, y con el respaldo del director de fotografía Eugen Schüfftan (una vez más, no acreditado en esta película) y del productor Leon Fromkess, Ulmer rodaba con tal pasión que salvaba cualquier disparate que le propusieran gracias a la incomparable vitalidad que insuflaba a sus obras. Yo siempre he defendido que Ulmer ha sido uno de los directores más pasionales de la historia del cine, siendo la suya una pasión mesurada, que a menudo daba como resultado obras calmadas y reposadas, lejos de los sentimientos desbordados de otros cineastas. Esta película es un buen ejemplo de ese entuasiasmo comedido.
"Con Club Havana disfruté muchísimo. ¡Muchísimo!
No tenía guión. Hice un Rossellini otra vez".
Edgar G. Ulmer
En Club Havana se dan cita dos de las grandes pasiones de Ulmer: la música y el gusto por los espacios únicos e inalterables, cerrados al exterior, opresivos, como salas musicales y clubes nocturnos. Casi siempre que combinaba ambas cosas, el resultado solía ser fascinante, como ya descubrimos en Carnegie Hall (1947), Detour (1945) o en la fallida Jive Junction (1943), por citar sólo algunos títulos. En esta película vuelve a hacerlo, empleando un sólo decorado para simular las diferentes estancias del club nocturno donde se desarrolla toda la acción. Se trata de un decorado fantástico, de estilo art decó, muchísimo más logrado que el del club nocturno de Tomorrow We Live (1942), súmmum del bajo presupuesto dentro de la filmografía de Ulmer. Es asombrosa la fluidez con la que la cámara de Ulmer se mueve dentro de este espacio, recorriendo cada esquina del mismo, y haciendo partícipe al espectador de cada detalle, de cada acontecimiento, como si de un voyeur se tratara.
El argumento de la película es muy coral: las historias de varias parejas confluyen en el Club Havana, y cada una de ellas pertenece a géneros diferentes. Hay una pareja con una historia dramática, con intento de suicidio incluído; otra con una trama de cine negro que acaba en asesinato; también hay una en clave de comedia; y por último, la pareja protagonizada por Tom Neal y Dorothy Morris mezcla lo romántico con el cine de médicos. Como se puede apreciar, la película toca casi todos los géneros, y Ulmer pasa de uno a otro con una eficacia sorprendente, manteniendo la cohesión del conjunto. Ulmer se atreve incluso a plasmar varios géneros en una sola escena o en un sólo plano, como se puede apreciar en las imágenes que acompañan este texto. En esa escena, Gertrude Michael y Renie Riano conversan alegremente en tono de comedia, sobre el matrimonio de conveniencia que esta última acaba de pactar, mientras que en el medio, y sin que ellas lo sepan, Margaret Lindsay acaba de enterarse de que su novio la deja por otra mujer. Ulmer la encuadra en el medio de las dos mujeres que hablan, aislada, ensombreciendo su cara para reflejar el dolor que siente.
El argumento de la película es muy coral: las historias de varias parejas confluyen en el Club Havana, y cada una de ellas pertenece a géneros diferentes. Hay una pareja con una historia dramática, con intento de suicidio incluído; otra con una trama de cine negro que acaba en asesinato; también hay una en clave de comedia; y por último, la pareja protagonizada por Tom Neal y Dorothy Morris mezcla lo romántico con el cine de médicos. Como se puede apreciar, la película toca casi todos los géneros, y Ulmer pasa de uno a otro con una eficacia sorprendente, manteniendo la cohesión del conjunto. Ulmer se atreve incluso a plasmar varios géneros en una sola escena o en un sólo plano, como se puede apreciar en las imágenes que acompañan este texto. En esa escena, Gertrude Michael y Renie Riano conversan alegremente en tono de comedia, sobre el matrimonio de conveniencia que esta última acaba de pactar, mientras que en el medio, y sin que ellas lo sepan, Margaret Lindsay acaba de enterarse de que su novio la deja por otra mujer. Ulmer la encuadra en el medio de las dos mujeres que hablan, aislada, ensombreciendo su cara para reflejar el dolor que siente.
Esta película no iba a hacerla yo, la iban a hacer Russell Rouse y Clarence Greene. Fromkess había contratado al equipo completo y todo, pero un día cogió y tiró el guión a la basura, una semana antes de empezar a rodar. Me mandó llamar y me dijo: "A ver, tú dices que sabes hacer las cosas, que sabes rodar sin guión, que sabes inventártelo". Sólo tenía una página, una sinopsis.
Edgar G. Ulmer
Al tratarse de una película sin una trama central sólida, hasta el punto de que Ulmer dijo haber rodado a lo Rossellini, es decir, sin guión, Club Havana está llena de escenas y conversaciones en apariencia irrelevantes, que el director salva escrutando cada gesto de sus personajes, cada reacción que se produce en ellos. Las parejas que aparecen en esta obra, además, están en el alambre, bien porque están a punto de romperse o porque están empezando, bien porque las vidas de los personajes están a punto de cambiar por algún suceso dramático, y es en este contexto donde Ulmer logra captar todos los matices de los sentimientos de sus actores. A Ulmer siempre le interesó más la reacción que la acción, se sentía cómodo inspeccionando las miradas y los comportamientos de sus personajes, y en esta película vuelve a demostrarlo.
Poco a poco, Ulmer va tejiendo un retrato sólido de una noche cualquiera en un club nocturno de alto standing, y el espectador puede vivir ese mundo de apariencia desde el punto de vista de los clientes y de los trabajadores. ¿Quién no ha soñado alguna vez con pasar una noche en un local de este tipo? Pues Club Havana nos da la oportunidad de hacerlo, metiéndonos, además, en cada conversación que sucede en el lugar, navegando de una mesa a otra. Un leve desplazamiento de cámara, un movimiento de algún personaje, le basta a Ulmer para enlazar una escena con otra. Luego hay, también, hallazgos maravillosos de la película, como ese tocador que está justo antes del lavabo de señoras, donde las damas aprovechan para retocarse el maquillaje, y de paso, interactuar unas con otras. Un lugar donde ocultar sus sentimientos, resguardarse del resto de los clientes, confesarse con la encargada del tocador, el mejor personaje de la película, el interpretado por Gertrude Michael, que hace de psicóloga y consejera tanto de clientas como de trabajadoras, a cambio de una propina. Ulmer se vale de ese tocador para entrelazar las historias.
Poco a poco, Ulmer va tejiendo un retrato sólido de una noche cualquiera en un club nocturno de alto standing, y el espectador puede vivir ese mundo de apariencia desde el punto de vista de los clientes y de los trabajadores. ¿Quién no ha soñado alguna vez con pasar una noche en un local de este tipo? Pues Club Havana nos da la oportunidad de hacerlo, metiéndonos, además, en cada conversación que sucede en el lugar, navegando de una mesa a otra. Un leve desplazamiento de cámara, un movimiento de algún personaje, le basta a Ulmer para enlazar una escena con otra. Luego hay, también, hallazgos maravillosos de la película, como ese tocador que está justo antes del lavabo de señoras, donde las damas aprovechan para retocarse el maquillaje, y de paso, interactuar unas con otras. Un lugar donde ocultar sus sentimientos, resguardarse del resto de los clientes, confesarse con la encargada del tocador, el mejor personaje de la película, el interpretado por Gertrude Michael, que hace de psicóloga y consejera tanto de clientas como de trabajadoras, a cambio de una propina. Ulmer se vale de ese tocador para entrelazar las historias.
Tuvimos un gran éxito musical con este disparate:
"Tico Tico" se escuchó en esta película por primera vez.
Edgar G. Ulmer
La inventiva visual, la ingeniosa puesta en escena, características innegociables de Ulmer, resultan imprescindibles para salvar a la película de lo que hubiera sido un fracaso seguro. Ulmer demuestra en Club Havana ser un director sobrio y contenido, sin perder su poderoso sentido visual y siendo, además, enormemente reflexivo. El emplazamiento de la cámara, la colocación de los actores y el uso de los objetos y de las sombras de Ulmer elevan la narración, conectando lo que acontece con lo que siente cada personaje. Luego hay, claro está, escenas tan poderosas como la de la recepcionista telefónica asesinada a través del parabrisas, tal vez el momento más recordado de esta obra, prefigurando a Polanski en Chinatown (1974). Las actuaciones musicales, por su parte, están filmadas con el gusto habitual de Ulmer, un amante y experto de las escenas de este tipo. En definitiva, Club Havana supone una nueva demostración de talento de un director que, por su originalidad y por su singularidad, se hace cada vez más imprescindible en esta sociedad llena de artificio y falsedad.
CAPTURAS
Código: Seleccionar todo
File Name .........................................: Ulmer Edgar G. - Club Havana (1945).avi
File Size (in bytes) ............................: 936,339,456 bytes
Runtime ............................................: 1:01:23
Video Codec ...................................: XviD ISO MPEG-4
Frame Size ......................................: 640x480 (AR: 1.333)
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Video Bitrate ...................................: 1896 kb/s
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B-VOP, N-VOP, QPel, GMC.............: [B-VOP], [], [], []
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Sample Rate ...................................: 48000 Hz
Audio Bitrate ...................................: 128 kb/s [2 channel(s)] CBR
No. of audio streams .......................: 1Una vez más, vuelvo a formar equipo con los compañeros de KG corvusalbus y maximer. La copia, como siempre en el caso de estas películas tan difíciles de conseguir, es de maximer. Procede de un DVD, aunque por la calidad parece un VHS, pero es la mejor copia disponible hasta la fecha y es una suerte que podamos tenerla. La he subido en descarga directa para que me ayudéis a compartirla por la mula.
Los subtítulos ingleses son una nueva colaboración con corvusalbus y, como es habitual, están sacados de oído. Los españoles estarán en cualquier momento, así que os recomiendo que permanezcáis atentos al foro. Espero que esta película os guste tanto como a mí.
Los subtítulos ingleses son una nueva colaboración con corvusalbus y, como es habitual, están sacados de oído. Los españoles estarán en cualquier momento, así que os recomiendo que permanezcáis atentos al foro. Espero que esta película os guste tanto como a mí.
¡Muchas gracias, corvusalbus y maximer!
Ulmer Edgar G. - Club Havana (1945).avi [892.96 Mb] 
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