"Interesante western, cita ineludible para los incondicionales del género" (Fernando Morales: Diario El País)
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"Reposado y reflexivo western" (Augusto M. Torres: Diccionario Espasa)
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Vamos con una película de culto. Años setenta, otros tiempos, Vietnam en el horizonte, está a punto de iniciarse la música punk, las drogas en las calles se popularizan y en definitiva los idealistas sesenta han muerto. Todo es más duro y crudo, también el cine.
El western se convierte en un vehículo para hablar de otras cosas, como el racismo, la violencia o el modelo de sociedad americano.
Uno de los más grandes del firmamento, Burt Lancaster, produce una película que aunque pasó bastante desapercibida en su momento, se ha convertido en un icono del western postclásico. “La venganza de Ulzana”, dirigida por su amigo Robert Aldrich, al que tan unido estuvo en sus comienzos, es uno de los mejores ejemplos de cómo son las cosas sin injerencias, aquí no hay buenos ni malos, todos lo son y ninguno lo parece. Tanto indios como blancos, se comportan luchando por sobrevivir.
Película tremendamente darwinista, donde las preguntas no se responden y donde lo importante no es qué es verdad o no, sino en lo que se cree. Su comienzo es magnífico, la presentación de personajes colosal y el ritmo continuo en toda la cinta.
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Terrible pero bella tierra
La venganza de Ulzana es, en mi opinión, una obra maestra que supone un excepcional colofón a la larga lista de westerns que el cine nos ha legado.
Western violento, preciso, tranquilo, descarnadamente bello, nos situa en las desnudas y bellas montañas, arroyos y praderas de Arizona reflejando la libertad perdida, los primitivos instintos de libertad del hombre, el valor de la experiencia, el misterio de los ritos desconocidos, la indescriptible belleza de lo olvidado y de lo eterno.
Constituye un viaje iniciático para su joven teniente protagonista, un viaje en el que descubrirá el valor de las enseñanzas, la crueldad de lo primitivo, del instinto animal que se desata en el ser humano si lo despojamos de su capa social occidental.
Los indios, violentos e instintivos, aparecen como seres que conviven armoniosamente en la naturaleza, actuando según sus costumbres, siendo portadores de un alma libre y siendo perseguidos por un grupo de exploradores liderados por un joven teniente (lo nuevo, lo limpio e idealizado) y un viejo explorador (lo viejo, la experiencia).
Fotografía (bellísima tierra, polvo, agua, cielos y hierba), planificación (excelente: asesinatos, persecución y episodios sedentarios se nos presentan con plena exactitud) y actuaciones (Buena interpretación de Lancaster y correcta la de su joven acompañante, por otra parte los indios son los más creíbles, enigmáticos y maravillosamente sugestivos de toda la historia del cine) conforman una de las piezas más precisas, bellas y reflexivas que el cine puede alumbrar.
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Crudo y desgarrador Western de los setenta
La Venganza de Ulzana es un título poco conocido dentro del género del Western y, sin embargo, para los entusiastas del mismo es una película a reivindicar con el paso del tiempo. Lo cierto es que supone un retrato crudo y desgarrador sobre las costumbres Apaches pero, al mismo tiempo, una crítica dura a la institución militar y sus códigos del honor. En la decada de los setenta, predominaron los Western con un tono crepúscular, cargados de amargura, melancolía y desencanto. Entre ellos, hay que situar esta obra notable de Robert Aldrich, director con fuerte personalidad que domina especialmente el montaje y las escenas de acción. Ya había coincidido previamente en otros trabajos con Burt Lancaster (Apache o Veracruz) y aquí vemos a este actor en un registro diferente: Lacónico, austero y taciturno, un explorador experimentado que se las sabe todas y contradice continuamente las ordenes militares y su jerarquía. En definitiva, escasas películas dentro del género han reflejado con tanto realismo y violencia a la tribu de los Apaches.
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Sólido western del gran realizador Robert Aldrich, se desarrolla en el árido desierto de Arizona, surcado por desfiladeros, que imprimen a la historia un tono crepuscular. El argumento va sobre la persecución por parte de un batallón del ejército a un apache, Ulzana, que se ha escapado con unos cuantos más con la intención de llegar supuestamente a México, mientras por el camino se dedicaran a matar a cualquier hombre que se encuentren para tomar su fuerza, el bando perseguidor está comandado por un teniente que acaba de llegar de la academia, Garnett DeBuin (Bruce Davison), y será guiado por McIntosh (Burt Lancaster), un tipo que está de vuelta, los dos caracteres chocaran, uno es el teórico teniente que no entiende las motivaciones de los apaches y el otro, McIntosh, con la ayuda de otro apache, que también ejerce de guía, Ke-Ni-Tay (Jorge Luke), tendrá que hacerle ver por qué hacen lo que hacen, y se irá dando cuenta poco a poco que en realidad no son unos tan diferentes de otros. Burt Lancaster realiza un trabajo soberbio, se come todo lo que se acerca a su alrededor, uno de los más grandes. Las secuencias de tiroteos no son nada especial, son del montón. Destaca en el film que los indios no son simple atrezo, tienen personalidad, dentro de su bestialidad sentimos que se mueven en busca de la libertad perdida, que se les ha arrebatado y que sin ella no son nada, y para coronarlo la magnífica secuencia final de Ulzana. Recomendable a los que gusten del género. Fuerza y honor!!!
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DESESPERADA HUIDA HACIA LA LIBERTAD
Crepuscular e interesante western de Robert Aldrich que nos cuenta la huida del líder apache Ulzana de una reserva federal en Arizona. El encargado de dirigir la persecución será un soldado joven e inexperto, recién salido de la academia militar y será aconsejado durante este peligroso viaje por un veterano explorador (Burt Lancaster) y un explorador apache que le haran comprender que no es conveniente odiar al hombre indio sino simplemente temerlo como a cualquier enemigo.
Esta pelicula describe con gran crudeza la enorme crueldad y violencia con la que los apaches trataban a sus enemigos, torturándolos salvajemente durante horas hasta su muerte. Sin embargo, esta conducta inhumana para el hombre blanco forma parte de la naturaleza salvaje del hombre indio y de sus propias costumbres: el apache se nutre de la "fuerza" del enemigo vencido torturándolo y mutilándolo, algo que choca frontalmente con los principios cristianos del hombre blanco y con la ética del código militar (ambos encarnados por el joven).
La pelicula goza de un ritmo reposado, con contadas pero bien rodadas escenas de acción. La fotografia resalta con gran acieto la naturaleza salvaje del desierto de Arizona y las interpretaciones son correctas destacando el papel de un sombrío y taciturno Burt Lancaster.
Uno de los mejores western de los setenta cuyo tono seco, duro, violento y desgarrador dota al conjunto de un inigualable dramatismo con el fin de narrar un hecho histórico donde el único perdedor fue el pueblo indio.
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Western sólido y muy bien realizado.
Robert Aldrich era un director sólido, con conocimientos de sobra para dirigir cualquiera película de forma sutil y precisión infalible. Un ejemplo de eso es esta cinta interesantísima de 1972 donde un Burt Lancaster que pese a tener ya sus años interpretó al explorador MacKintosh de manera soberbia y convincente.
Una música muy acertada también deja buenas pinceladas de arte cinematográfico en todo el transcurso de este Western denostado en su momento pero que sin duda ninguna es un título más que digno, un film más que interesante donde se reflicten muy bien los diálogos, las escenas de acción, la fotografía es a mi juicio muy bonita y un dúo (Aldrich - Lancaster) que nunca ha decepcionado en el cine sino más bien todo lo contrario y este film donde de una manera muy cruda se da un punto de vista en las cronfrontaciones entre los blancos y los apaches y en este film digo dejará un buen sabor de boca a los amantes del buen cine y en especial del buen western.