Groucho Marx: treinta años muerto de risa

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El último y más vitriólico de los hermanos Marx murió de una neumonía el 19 de agosto de 1977, a los 86 años. Se fue hace treinta años, su último deseo era ser enterrado "encima de Marilyn Monroe" y escogió como epitafio el celebérrimo "perdonen que no me levante".



Espectadores de todo el mundo y de todas las edades recuerdan el descaro y el golpe de cejas de un señor que, inclinado hacia el suelo, cortejaba a millonarias entradas en años y carnes. Era Groucho, el más famoso de los hermanos Marx y alma del cuarteto que dejó secuencias gloriosas en la historia del séptimo arte.

El 19 de agosto de 1977, apenas tres días después de la muerte prematura de Elvis ´el ´Rey del Rock´, fallecía a los 86 años y víctima de una neumonía, otro hombre tocado por las musas del arte; un genio del humor ácido, irreverente y surrealista. Su nombre, Julius Henry Marx, identidad real del corrosivo Groucho Marx.

Este domingo se cumplen tres décadas de la desaparición del hombre del habano, el bigote pintado y firmes cejas postizas, tan dado a los chascarrillos y chistes inteligentes. Morirse, pensaba Groucho, tenía poco mérito. "Lo único que necesita es haber vivido lo suficiente". Cuando el camarero le preguntaba que quería, contestaba que "mujeres, ¿y usted?".

Icono del siglo XX, varias generaciones de espectadores y lectores siguen recordando su imagen con gafas redondas, raya en medio, amplio bigote de pega y, en especial, la agudeza verbal de sus epigramas, perlas hilarantes del absurdo. El animador Groucho Marx, que hoy tendría 117 años, nació en Nueva York el dos de octubre de 1890. Hijo de emigrantes judíos alemanes, fue el cuarto de seis hermanos. Se dedicó al mundo del espectáculo por su madre, Minnie, empeñada en dar a sus vástagos una educación artística que los sacara de pobres. Los chavales arrancaron como grupo musical, ´Los cuatros ruiseñores´. Su hermano Leo -´Chico´- se reveló como un estupendo pianista. Adolf -´Harpo´- se convirtió en arpista y tomó del instrumento musical su nombre artístico. ´Zeppo´ dominó el saxofón. A Julius, ´Groucho´, le tocó la faceta de animador y su humor vitriólico brilló desde el principio.

Después de unos comienzos titubeantes, la imagen de los Hermanos Marx quedó acuñada en el celuloide. Zeppo se descolgó pronto. Harpo hacía de mudo y se comunicaba a golpe de bocina. Chico llevaba sombrero apayasado y chaquetilla corta. Y Groucho, ataviado con su frac de colas, dejaba desconcertados a señoronas, embajadores y magnates con su descaro burlón. Con sus hermanos pasó por el music hall, revistas musicales y el teatro, pero fue el cine el que le hizo universal gracias a las películas de la Paramount -´El conflicto de los hermanos Marx´, ´Pistoleros de agua dulce´ y ´Sopa de ganso´- y la Metro Goldwyn Mayer -´Una noche en la ópera´, ´Un día en las carreras´, ´Una tarde en el circo´ y ´Los hermanos Marx en el Oeste´-.

Su filmografía suma casi treinta películas y, cuando abandonó la gran pantalla en los setenta, se volcó en los libros, entre los que destaca el que escribió a una de sus hijas, a Miriam, ´Con amor, Groucho. Cartas a su hija´. En las misivas el artista ponía de manifiesto su dependencia hacia la segunda hija que tuvo con su primera mujer, Ruth, quien le dio además a Arthur, su único hijo varón. También imprimió su firma en ´Camas´ y en sus corrosivas memorias ´Groucho y yo´, ´Memorias de un amante sarnoso´ y ´Las cartas de Groucho´. Un Oscar Groucho, que se casó tres veces y vivió sus últimos años con su secretaria y manager Erin Fleming, no fue el mejor actor cómico del mundo, pero sí un maestro en el difícil arte de hacer reír, la ironía y el sarcasmo.

Estas armas las utilizó en su vida privada y amargaron la existencia a sus allegados. Su primera esposa, Ruth Johnson, acabó alcoholizada. También fue víctima de sus pesadas bromas Margaret Dumont, habitual compañera de fotogramas. Los alocados hermanos Marx se separaron tras rodar ´Una noche en Casablanca´. Groucho intervino después en filmes sin repercusión, hizo teatro y pisó los platós de televisión. En 1974 recibió el Oscar especial a los hermanos Marx "por sus éxitos creativos en el campo de la cinematografía". Con el galardón dorado en las manos soltó: "ahora mismo voy a empeñarlo".

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