4. ADAGIO. CONCIERTO DE ARANJUEZ. Joaquín Rodrigo
El maestro Joaquín Rodrigo, ciego desde los tres años de edad, lo compuso en el año 1939 en un ambiente tenso por las últimas etapas de la Guerra Civil española y la incipiente Segunda Guerra Mundial. El maestro estaba casado con Victoria Kamhi, una joven pianista turca, la cuál estaba embarazada y esperaban con toda la ilusión el nacimiento de su primer hijo. Cuando el maestro se encontraba en plena composición de la obra, su mujer cayó gravemente enferma y tuvo que ser ingresada de urgencia en un hospital de Madrid. Los doctores anunciaban poco después al maestro que su mujer y su hijo iban a morir con casi completa seguridad. Después de oír aquello, el maestro Rodrigo regresó a casa, se sentó delante de su piano y de la forma que él sabia expresar sus sentimientos era a través de la música, así que compuso el principio del segundo movimiento: el famosísimo Adagio, que es la pieza más escuchada de la historia de la música española.
El segundo movimiento, es un diálogo musical entre Dios y el compositor. Un diálogo que comienza con un precioso fragmento, un desconsolado paseo de vuelta a casa después de conocer la noticia, y el inicio de una lastimera oración a Dios, suplicándole que no se lleve las almas de su mujer y de su futuro hijo. Es un comienzo extremadamente hermoso, capaz de llegar a cualquiera, de tan dulce que suena. De repente, entra una guitarra, con voz propia, con los ojos llenos de lágrimas insistiendo en la petición a Dios, buscando su misericordia. El malogrado guitarrista Francisco Sánchez Gómez (Paco de Lucía) lo interpretó en Torrelodones (Madrid) en 1991, junto a la Orquesta de Cadaqués dirigida por Edmon Colomer.