professor keller escribió: ↑24 Abr 2022 19:53
Me refiero, concretamente, a que son maneras de narrar los crímenes para incidir en la percepción de sus motivaciones y finalidades. Obviamente, no descarto que pueda haber maníacos sueltos que eventualmente cometan algún tipo de sacrificio "satánico". Pero no creo para nada que ese tipo de cosas existan dentro de las prácticas sexuales de los poderes corporativos.
“Demomaníacos” los hay por todas partes…
https://www.bbc.com/news/world-africa-26707586
https://www.vanguardngr.com/2014/03/tru ... -suspects/
La mecánica es siempre la misma: el sacrificio. A Assur, a Yahvé, a Chicomecóatl… No contamos los caídos entre los seguidores del dios de los cristianos o los mahometanos.
La inquietud que queda, en relación al satanismo posmoderno, responde a una pregunta muy sencilla: si entre las “gentes humildes” se cometen este tipo de crímenes rituales para obtener un beneficio (ascenso social), si se hace también en el mundo de la delincuencia organizada a modo de “pacto de sangre” (Ciudad Juárez, según todos los indicios), ¿es descartable un fenómeno similar en las altas esferas?
Yo entiendo que, ante una sociedad religiosa, las personas se rebelen con comportamientos que los fundamentalistas consideran “heréticos”, pero no con reivindicaciones satánicas, las cuales son, por su parte, también “religiosas”. En los "heréticos" veo signos de librepensamiento e ilustración. En los otros dos casos veo (exclúyase a algunos fieles íntegros y alejados de las clases dominantes) sed de poder, rindiéndose culto en ambos a un demiurgo totémico. Hasta dónde es todo (en el caso del satanismo) una escenificación lúdica o una recreación/regodeo de prácticas ocultas, lo ignoro. Pero no olvidemos que la idea del sacrificio es el denominador común de todos los esoterismos, ya sea doctrinales o demoníacos. En el mismo sacramento de la comunión cristiano hay quien ha visto reflejos de un canibalismo primigenio…