loperena escribió: ↑30 Dic 2020 18:36
MOLIST escribió: ↑08 Abr 2015 18:33
Rope, película que a mí me gusta pero [...] también me molesta (bastante) que en esta película se identifique tan alegremente homosexualidad (los dos asesinos y el mal profesor _por no haber sido capaz de enseñar las teorías de Nietzsche_) con inmoralidad y corrupción.
Hace unos días la volví a ver, tras la lectura de un capítulo de la monografía de Wood (Hitchcock's Films Revisited). Aquí algunos párrafos:
Podemos tomar como punto de partida el famoso comentario despectivo atribuido a Renoir, de que Hitchcock hizo una película sobre dos homosexuales y nunca los mostró besándose. El comentario es desconcertante: Renoir, que había trabajado en ese momento en el cine de Hollywood, difícilmente podría haber ignorado las limitaciones de la censura, pero incluso habiendo dicho eso, el comentario pierde el sentido: ¿Brandon y Philip besándose fuera de la pantalla? ¿Podrían? Son homosexuales y viven juntos, pero ¿son técnicamente amantes? Hoy en día, todo el mundo contestaría de modo afirmativo y consideraría muy ingenuas a las personas que no "entendieron" esto en 1948. La respuesta afirmativa es muy posiblemente la correcta. Yo no digo que esté mal, sólo que no podemos estar tan seguros y que podemos estar pensando de forma no histórica.
El problema, sin duda, se deriva del hecho de que una película de Hollywood realizada a finales de los años 40 no podría responder a una pregunta que ni siquiera podría plantearse. Incluso el asunto del lugar donde duermen se mantiene cuidadosamente ambiguo: en un momento se nos dice que el teléfono está “en el dormitorio”, lo que parece implicar que solo hay uno (y la respuesta de Janet/Joan Chandler, "Qué cómodo”, se puede tomar como el comentario más malintencionado sobre el tema; más tarde, sin embargo, oímos hablar sobre el segundo dormitorio (que nunca se muestra). Simplemente en Rope no es posible decir que los dos hombres duermen juntos, tampoco es posible afirmar claramente que no lo hacen, ya que eso implicaría que podrían hacerlo.
Es imposible que Rope trate el tema de la homosexualidad, pero me parece que ofrece una descripción muy precisa de su situación y de la “configuración" mental que lógicamente lo acompañaría en esa etapa de nuestra historia. Por supuesto, el entorno de Brandon y Philip es mucho más sofisticado que el mío. Sin embargo, incluso admitiendo esto, ciertamente no es un medio en el que la homosexualidad sea reconocida, y mucho menos reconocida. ¿Brandon y Philip reconocen (fuera de la pantalla) que son homosexuales? Una vez más, la película no nos los puede decir. En última instancia, quizás, no importe. Brandon y Philip pueden o no ser "amantes" en el sentido técnico. Lo que la película transmite de manera tan impresionante y precisa es la intensidad con la que se odian. Sin duda, en 1948 hubo homosexuales capaces de amar: dadas las condiciones sociales, uno podría verlo como un logro heroico, un triunfo del espíritu humano sobre adversidades ideológicas casi insuperables. Porque, educados y condicionados para odiarnos a nosotros mismos, ¿cómo podríamos amarnos, viendo en el otro un reflejo y un recordatorio constante de su propia enfermedad y maldad?
De ahí el fascismo, de ahí el asesinato. Brandon tiene que verse a sí mismo como un ser superior porque sabe que, por muy inteligente que sea como homosexual, es por definición inferior. ¿La película trata sobre la homosexualidad como una perversión, o sobre la perversión social de la homosexualidad? Como Brandon y Philip no pueden amarse, y deben estar profundamente avergonzados de cualquier actividad sexual que hayan realizado juntos, y odiarse mutuamente precisamente por las experiencias que deberían haberlos unido más íntimamente, cometen un acto sexual que la sociedad, si bien lo prohíbe y castiga, al menos lo perdona en la medida en que pueda ser representado en la pantalla del cine ante un público masivo: el asesinato de David Kentley. En 1948 no pudimos ver a Brandon y Philip besarse, ni siquiera que nos dijeran que alguna vez lo hicieron, pero pudimos verlos compartir la experiencia íntima de estrangular conjuntamente a otro joven. Si la naturaleza del asesinato como acto sexual (ya sea como proyección de su odio por el placer que comparten o como sustituto del placer del que no gozan) no está clara desde el principio, lo empieza a estar a través de su reminiscencia cuando Brandon intenta abrir la botella de champán más tarde en la misma toma. Philip le pregunta cómo se sintió; Brandon, con sus manos luchando con el corcho de una manera que evoca a la vez estrangulamiento, masturbación e impotencia (Philip finalmente tiene que abrirle la botella), responde que su verdadera excitación llegó en el momento en que el cuerpo de David "quedó flácido" – i.e. como "evidencia" del orgasmo. La imagen de la botella de champán se puede leer como la información más clara -aunque muy codificada- sobre lo que Brandon y Philip realmente “hacen”: masturbarse en lugar de tener relaciones sexuales. La acción sugiere vívidamente la vergüenza y la frustración inherentes que caracterizan la relación, una especie de impotencia impuesta socialmente. En última instancia, fue la sociedad la responsable de la muerte de David Kentley, y si la película no lo dice ni puede decirlo, puede, aunque inadvertidamente, proporcionar la evidencia que nos permita hacerlo.
https://www.youtube.com/watch?v=h23tjOu3pIA
En líneas generales estoy de acuerdo con Wood, al que considero el crítico que mejor ha analizado la obra de Hitchcock. Sigo creyendo que Hitchcock en sus películas introduce matices homosexuales a algunos de sus personajes
negativos como Norman en
Psicosis, Miss Danvers en
Rebecca o Bruno en
Extraños en un tren (sí y también a la pareja de asesinos de
La soga, la del personaje de Stewart reconozco que está más cogida con pinzas) pero que como sugiere Wood no son (ni de lejos) lo más importante a la hora de analizar e interpretar sus films.
Después de leer tu traducción me he ido al original de mi biblioteca (edición de Columbia University Press, página 350 y siguientes) para releer el comentario completo y lo que más me ha sorprendido ha sido una anotación que hice la primera vez que lo leí, que viene a decir más o menos
lectura autobiográfica de Wood que analiza esta película teniendo en cuenta su experiencia personales. Y es que lo que más me sorprendió en su momento fue esa fluctuaciones que hace en el comentario sobre
si son o no son, o como la película no trata la homosexualidad (que desde luego no es uno de sus temas principales)
sino de la situación y la “configuración" mental de la misma. Y es que haciendo (por mi parte) de Donald Spoto no ya sobre el autor -Alfred Hitchcock- sino sobre el crítico -Robin Wood- este último escribió (o publicó) el libro dos veces (en realidad alguna más): la primera en 1967 (
Hitchcock Films, que cuenta con una traducción -incompleta, falta el análisis de Cortina rasgada- en una editorial mexicana ERA y la edición definitiva (que tuvo algunas intermedias) que recibe el título de
Hitchcock's Film Revisited. Cuando escribió la primera versión era profesor en un college, estaba casado y tenía varias hijas, además se había criado en una familia de clase media/alta, había estudiado en Oxford, donde había sido alumno de F. R. Leavis (uno de los grades patriarcas de la crítica literaria anglosajona); cuando escribió la edición definitiva llevaba décadas exiliado en Canada, después de haber reconocido su homosexualidad -y haberla convertido en una influencia reconocida de sus análisis críticos- y haber roto los vínculos familiares de su pasado. Es obvio que en mi comentario es absolutamente tangencial al tema que es (o debería ser) ver La soga y hacer un análisis sobre la película, pero para mí es interesante observar cómo una interpretación personal es consecuencia de nuestro contexto (situación, background, úsese el término que se prefiera) personal, y no lo digo (lógicamente) por
la homosexualidad como una pervesión que podría ser mi hipótesis en cuanto a lo intereses hitckcockianos (si partimos de la cita que haces del comentarios que publiqué hace años, aunque insisto sería un tema menor dentro del universo de la película) sino de la
perversión social de la homosexualidad que es -sin duda- el tema que prefiere tratar Wood en su comentario -si bien en ocasiones de forma excesivamente elusiva- , y que es (lo reconozco) infinitamente más interesante. Y es que este sí es uno de los temas esenciales de La soga es (al menos para mí) la represión, en este sentido represión sexual, y creo que pocas personas más capacitadas que este crítico para detectarlo y exponerlo de forma convincente. Por mi parte he de reconocer que disfruto más de una película imperfecta (pero para mí apasionante) como esta que de la perfección (gélida a veces) de una obra maestra indiscutible como Extraños en un tren.